Retiro de Mons. Estrada, tras 40 años como vicario general
Con carta fechada el 10 de agosto de 2007, al cumplir sus 75 años y como lo pide el Código de Derecho Canónico, monseñor Estrada presentó su renuncia al cargo que desempeñaba, la que no le fue aceptada por el entonces obispo diocesano, monseñor Eduardo Martín, y luego fue confirmado en su oficio por monseñor Uriona al tomar posesión de esta diócesis.
Tras la aceptación de la renuncia, monseñor Uriona invitó a los miembros del Consejo Presbiteral y a los sacerdotes de la diócesis a participar del tradicional encuentro navideño del clero por realizarse este año en el Seminario Mayor Jesús Buen Pastor para expresar el agradecimiento y homenajear a monseñor Estrada, e invitó a todo el pueblo de Dios a sumarse a la acción de gracias al Señor por el fecundo servicio de monseñor Estrada en la diócesis y a rogar por sus intenciones y su ministerio sacerdotal.
Carta de agradecimiento de Mons. Uriona
En una carta que hizo pública el 12 de diciembre, monseñor Uriona manifestó su “profundo agradecimiento al presbítero Julio Lorenzo Estrada por estos 40 años de fiel servicio en la diócesis de Villa de la Concepción del Río Cuarto como Vicario General”, acompañando a los anteriores obispos diocesanos: Moisés Julio Blanchoud (1960-1984), Adolfo Roque Esteban Arana (1984-1992), Ramón Artemio Staffolani (1992-2006) y Eduardo Eliseo Martín (2006-2015).
Monseñor Uriona recuerda en la carta que el 10 de agosto de 2007, al cumplir sus 75 años, monseñor Estrada presentó su renuncia al cargo que desempeñaba, pero al saber que monseñor Martín, obispo diocesano en ese entonces, no se la aceptaba, “continuó con gran disponibilidad” en el cargo de Vicario General.
Seguidamente el obispo riocuartense señala en su escrito que monseñor Estrada ejerció, además, otras tareas tales como miembro del Consejo Presbiteral, del Consejo de Consultores, del Consejo de Asuntos Económicos y del Consejo de Órdenes y Ministerios y de la Comisión Diocesana de Justicia; y desde hace muchos años asesora al Movimiento de Cursillos de Cristiandad “con gran idoneidad, cariño y perseverancia”.
También recuerda que por elección del Consejo de Consultores Diocesanos monseñor Estrada desempeñó en tres oportunidades la delicada tarea de Administrador Diocesano, conduciendo la diócesis y preparándola a la recepción del nuevo obispo.
“Cuando llegué a la diócesis, en diciembre del año pasado, inmediatamente me notificó de la renuncia ya presentada en agosto de 2007 al cargo de Vicario General, la cual rechacé pidiéndole que me acompañara en esta misión hasta diciembre de 2015. Él aceptó esta propuesta tal como lo había hecho anteriormente. Por eso, al finalizar este servicio diocesano, quiero agradecer al padre Julio su entrega ministerial por el bien de la diócesis de Río Cuarto y desearle que, en su nueva misión, pueda seguir brindando sus talentos acompañando, con sabiduría y consejo, al Pueblo de Dios”.
“Querido padre Julio: que el Señor de la Misericordia recompense tu entrega y la Virgen Inmaculada te cuide y te sostenga”, finaliza monseñor Uriona su carta.
Reseña biográfica de Mons. Julio L. Estrada
Nació en Las Acequias, ciudad rural de la provincia de Córdoba, el 10 de agosto de 1932. Realizó sus estudios primarios en la Escuela Nacional Nro 37 de Las Acequias (1º a 4º grado) y en la Escuela Provincial de Reducción (5º grado).
En 1945 ingresó al Seminario Sagrada Familia de la diócesis de Río Cuarto, donde estudió Humanidades, Filosofía y Teología. Los últimos tres años de Teología los hizo en la Facultad de Teología en Villa Devoto, Buenos Aires, donde obtuvo la Licenciatura en Teología Dogmática.
Fue ordenado sacerdote por monseñor Leopoldo Buteler en la catedral de Río Cuarto el 22 de septiembre de 1956 y celebró su primera misa al día siguiente en la parroquia Nuestra Señora de la Merced, en la localidad de Adelia María.
Tras su ordenación ejerció su ministerio como vicario parroquial de la catedral de Río Cuarto (1956), vicario parroquial de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Las Higueras y Capellán de la iglesia San José en Banda Norte, Río Cuarto (1961), párroco de la Inmaculada Concepción–catedral de Río Cuarto (1967-1992); y capellán auxiliar del Batallón de Arsenales José María Rojas (1962).
Designado vicario general de la diócesis por monseñor Moisés Julio Blanchoud en 1975, quedó a cargo de la diócesis como administrador diocesano, cuando monseñor Blanchoud fue promovido a arzobispo de Salta (1984).
Monseñor Adolfo Arana lo designó vicario general nuevamente en 1984, oficio en el que fue confirmado por monseñor Ramón Staffolani en 1992.
Al fallecer este último, fue elegido administrador diocesano hasta que toma posesión de la diócesis monseñor Eduardo Martín (2006), quien lo designa vicario general.
Al quedar vacante la sede en 2014 por la promoción de monseñor Martín como arzobispo de Rosario, es elegido administrador diocesano por tercera vez y monseñor Uriona lo designa vicario general en diciembre de 2014.
Monseñor Estrada desempeñó el oficio de vicario general, incluyendo los tres períodos en los que fue elegido administrador diocesano, por más de 40 años con los últimos cinco obispos diocesanos.
Además fue miembro del Colegio de Consultores, presidente del Círculo Sacerdotal, miembro del Consejo Presbiteral, del Consejo Diocesano de Asuntos Económicos, del Equipo de Formación Permanente, del Equipo de Acompañamiento Sacerdotal, y estuvo a cargo del acompañamiento de los Diáconos Permanentes.
También se destacó por su labor con el laicado al que acompañó como asesor diocesano de los Jóvenes de Acción Católica, del Movimiento Familiar Cristiano, de las Conferencias Vicentinas, del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de cuya Mesa Nacional fue asesor nacional, de la Comisión Administradora del Pequeño Cottolengo de Don Orione de Río Cuarto y de la Comisión Bodas de Oro de la Diócesis de Río Cuarto (1984).
Como docente dio clases de Derecho Sacramental en el Seminario Sagrada Familia, en el Seminario Jesús Buen Pastor y en el Instituto Diocesano de Formación Laical.
El 18 de febrero de 1986 el papa san Juan Pablo II lo distinguió con el título pontificio de Prelado de Honor de Su Santidad y el tratamiento de monseñor.+
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