Entre familias capitalinas
La tradición de dar regalos en Día de Reyes
Sergio Estrada González
México, D.F.
La celebración del 6 de enero se remonta a los primeros años de la Evangelización de la Era Cristiana.
Esta festividad –según la tradición– tuvo sus inicios cuando los tres Reyes Magos de Oriente, guiados por una gran estrella brillante, llamada de Belem, los guió hasta encontrar el lugar donde nacería el Salvador. Los Magos emprendieron el viaje para adorar al Niño Jesús descrito en las Profecías que anunciaban el Nacimiento del Mesías. Estos Reyes llevaron obsequios para el recién nacido: de oro, por ser Rey; de mirra, por ser hombre, y de incienso por ser Dios.
Dicha tradición mexicana, de alrededor de dos mil años, hoy en día sigue vigente en nuestro país, donde cada 5 de enero los niños escriben sus cartas a los Santos Reyes, recibiendo luego obsequios y dulces.
EL FESTEJO EN EL
DISTRITO FEDERAL
Incluso esta tradición de dar regalos a los pequeños también puede ser vivida el 24 de diciembre, Noche Buena y Navidad, cuando, por el Nacimiento del Niño Jesús, San Nicolás de Bari –ahora mal llamado “Santa Claus”– repartía dulces a los niños de esa época… Ahora se dan intercambios de regalos las personas mayores, mientras que a los menores se les dan juguetes.
Sin embargo, la marcada tradición, en la Capital de la República, es esperar hasta el 6 de enero a los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltazar, para que entreguen los juguetes pedidos por los infantes.
La víspera de la fiesta, los pequeños de la familia dejan junto a la ventana sus zapatos –algunos dejan un poco de paja “para dar de comer” a los animales que transportan a los Reyes: un caballo, un camello y un elefante–. Al día siguiente, los chavales se levantan muy temprano con el ansia de ver qué les trajeron los Reyes Magos. Es así como tan bella tradición sigue perdurando hasta nuestros días.
Otro aspecto a resaltar dentro de estas festividades es que ahora los niños piden costosos regalos relacionados con la tecnología y la mercadotecnia, mientras que los tradicionales juguetes –la mayoría hechos de madera– ya no son atractivos para el gusto infantil como lo fueron para los padres e incluso los abuelos. Aun así, los juguetes mexicanos tradicionales siguen escasamente vigentes, la mayoría en lugares sin recursos.
LA ROSCA DE REYES
En estas fechas, es imprescindible degustar la “Rosca de Reyes” en el seno familiar, después de que los niños han recibido y disfrutado de los regalos del Día de Reyes.
Suele invitarse a familiares y amigos a cortar y comer su cacho de rosca; ese pan de forma ovalada adornado con trozos de azúcar y dulce de frutas, que en su interior lleva figuras pequeñas representando al Niño Dios. La persona que encuentre ese Niño dentro de su pedazo de rosca es afortunada, ya que ha de invitar a todos los presentes a una posterior reunión para vestir al Niño Dios y llevarlo a presentar al Templo –tradición que rememora la Presentación de Jesús al Templo por parte de la Virgen María y su esposo San José– el día 2 de febrero.
Para esa misma fecha, la (s) persona (s) poseedora (s) de la figura del Niño Dios invita (n) a degustar tamales y atole, u otra comida, celebrando el “Día de la Candelaria”; es decir, el día de las candelas –la luz en el mundo con la venida de Jesús–, para tener presente a Jesucristo en toda nuestra vida, sabiendo que Él está con nosotros todos los días hasta el fin.
¡Feliz Día de Reyes!
Por muchos años, en las proximidades de La Villa de Guadalupe, en la época decembrina se instalaban numerosos puestos para la venta de juguetes artesanales, y no pocas personas de otras partes del país (comerciantes mayoristas o compradores en lo individual) se proveían de esos simpáticos y añorados objetos, destinados a cumplir los sueños de numerosos niños.
Publicar un comentario