Un Obispo humilde, espiritual y fraterno

diócesis. Le agradezco que, a través de la imposición de sus manos, a través de su persona, me transmitiera este don del sacerdocio”. Su Cantamisa se llevó a cabo unos días después en la Parroquia de San Martín de Tours.

Encuentro con el Papa Juan Pablo II

Dos meses después de su ordenación, cuatro presbíteros de la Generación 2002, fueron elegidos para ir a Roma a estudiar; uno de ellos fue el Padre Héctor. Durante dos años (2002 -2004) cursó la Licenciatura en Teología Dogmática, en la Pontificia Universidad Gregoriana.
En ese primer destino, tuvo la oportunidad de saludar al Papa Juan Pablo II, una experiencia que marcó su vida y ministerio. Monseñor Héctor, relató que la ocasión se propició gracias a la Comisión que estaba preparando el Congreso Eucarístico Internacional que se realizaría en Guadalajara en 2004. Con el objetivo de asistir a los obispos que participaban de las reuniones para presentar los avances del evento, fueron seleccionados cuatro sacerdotes para la encomienda. El día que le tocó ayudar al Padre Héctor, se realizó una audiencia con el Santo Padre, encuentro que desconocía.
En la Sala Clementina, el Papa Juan Pablo II escuchó a los ponentes, después dirigió un breve mensaje y finalmente todos los presentes fueron invitados a saludar al Pontífice. “Iba avanzando y avanzando… cuando llegué con el Papa; me acuerdo de que le dije mi nombre y que venía de Guadalajara, y me quedé viéndolo a la cara, a los ojos, anonadado de la santidad que irradiaba su persona, fue una experiencia que me marcó y apenas estaba iniciando mi experiencia en Roma”, señaló el entrevistado.

Formador y Párroco

Cuando regresó a Guadalajara, agosto de 2004, fue designado como Vicario Parroquial de Nuestra Señora de Lourdes, en la colonia del Fresno, donde permaneció un mes. El motivo de su repentino cambio fue porque el entonces Rector del Seminario, Monseñor Miguel Romano Gómez, pidió su servicio para formar parte del equipo de formadores en el Seminario. Durante cinco años se desempeñó como Formador en el Seminario. Los primeros dos años estuvo designado a la Sección de Seminaristas en Familia; después, fue Director Espiritual en el Seminario Menor.
Posteriormente, su primer destino como párroco fue en la Parroquia María Madre del Redentor, en la colonia Paraísos del Colli (2009 – 2014). “Ahí aprendí a ser párroco. Fue una etapa difícil, pero lleno de confianza en Dios, emprendí esta nueva encomienda. Agradezco también al señor Cura Javier Ramón Rodríguez López y al señor Cura Rigoberto Coronado Flores, que era el señor Cura de San Martín de Tours y hasta el momento sigo teniendo cercanía con él, por sus consejos y de muchos amigos que me ayudaron a salir adelante en esta etapa”.
En 2011, se le pidió ser Decano de Santa Ana Tepetitlán, “una etapa con nuevos retos. Además, coincidió con el colaborar en la Pastoral de la Comunicación. El Padre Pedro Rodríguez, a quien le agradezco la invitación a colaborar al entonces proyecto de CAPTA (Centro Arquidiocesano de Producción Televisiva y Audiovisual); y en ese mismo contexto también prestar servicio en la Vicaría de Pastoral, concretamente en el Boletín de Pastoral”.
Después, el Decanato de Santa Ana Tepetitlán se dividió y surgió el Decanato de Jesucristo Rey del Universo. La parroquia del Padre Héctor, formó parte del nuevo Decanato y se reafirmó su nombramiento como Decano, pero ahora de Jesucristo Rey del Universo (2012). En mayo de 2013 fue nombrado Vicario Episcopal de Nuestra Señora del Rosario, Toluquilla.
“Esta última etapa coincidió con un cambio de parroquia; en la que hasta la fecha del nombramiento como obispo era párroco, Nuestra Señora de Bugambilias, iba para cuatro años, y coincide con lo que ha sido lo último en mi Ministerio Sacerdotal. Fueron así las situaciones pastorales que me llevaron a adentrarme en el trabajo, también con los sacerdotes en fraternidad y amistad”, señaló el Obispo Electo Héctor López y agradeció a todas las personas que le han externado su felicitación y oración por su nueva investidura.

Con el Papa Juan Pablo II

2002. Encuentro con el Papa Juan Pablo II.

En Londres

2003. En Londres, Inglaterra. (Izq.) Pbro. Héctor López y Pbro. Miguel A. Sención.

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Consulta la página de internet: www.arquimedios.org.mx, para acceder a las entrevistas completas, videos y galería de fotos del Obispo Héctor López Alvarado, en la sección “Con olor a oveja”.

Un Obispo humilde, espiritual y fraterno

Familiares, hermanos sacerdotes y amigos de Monseñor Héctor López Alvarado, coincidieron en que es un hombre servicial, sencillo y atento a las necesidades de su prójimo.

Rebeca Ortega Camacho

Alegre y servicial

La hermana menor de Monseñor Héctor, Erika Rocío López Alvarado, expresó que su hermano es alegre, servicial, sencillo y siempre muy cercano. “Es fraterno, una persona muy recta, siempre se muestra cercano y demuestra gran empatía con los demás; está alerta a las necesidades de otros.
“De niños recuerdo que, en una ocasión, él y otro de mis hermanos, Manuel, me hicieron un festejo en casa y ambos se pintaron de payasitos; siempre trataban de protegerme y hacerme muy bonito todo. En casa siempre se vio con gran orgullo, el hecho de tener un hermano, primero que se interesaba por ser sacerdote y ya después que llegó al culmen. Mis papás siempre estuvieron muy orgullosos de tener un hijo como él, porque fue una persona que siempre les dio muchas alegrías”.
Al respecto de su nombramiento como Obispo, Erika señaló, “gracias a Dios que le dio licencia de formar parte de sus discípulos… Dios vio la virtud en él, es una persona entregada a su comunidad y a las personas; y ahora, va a estar más al servicio de todos”, concluyó.

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Misa de despedida a Monseñor Héctor, en la Parroquia de Ntra. Sra. de Bugambilias.

Fraternidad sacerdotal

Durante su formación, cuando empezaba Teología, Mons. Héctor, conoció al señor Cura Rigoberto Coronado Flores, que en ese tiempo estaba al frente de la Parroquia de San Martín de Tours. “Conocí a sus papás; doña Juanita, su mamá, iba al grupo de la Biblia; una familia llena de Dios. Desde el principio me llamó la atención que era amable, cercano, sencillo, siempre disponible y servicial. Héctor era un buen israelita, se sentía en su casa, respira el aire de su comunidad”. 
El Presbítero Rigoberto lo ha acompañado en todas sus etapas y ha visto de cerca su desarrollo como persona y sacerdote. “Decirle que estoy con él, que cuente con mi oración, soy su cura viejo. Siempre que lo veo me llena de alegría, de entusiasmo. Juntamente con mi parroquia, estamos haciendo oración por él y estoy seguro de que siga aventando las redes mar adentro en el nombre de Dios, en el nombre de Cristo y va a ser grande la pesca. Que Dios lo bendiga mucho”, concluyó.
Por su parte, el Presbítero Óscar Maldonado Villapando, conoce al Padre Héctor desde el 2015, cuando se integró a los trabajos de la Vicaría Diocesana de Pastoral. “Encontré en él una gran fraternidad sacerdotal, una gran paciencia, entrega generosa y me admiro que le encanta promover las vocaciones y apoyar al seminario. Cuando vi la noticia, me dio mucho gusto, porque Dios había elegido a un sacerdote idóneo para una misión tan importante. El Padre Héctor es una persona humilde, no le agrada que uno exalte su persona, sus cualidades, ni esta misión que ha recibido; quiere entregarse generosamente y vivir interiormente lleno de espiritualidad este llamado del Señor”.
Asimismo, el señor Cura Miguel Alfonso Sención Guerrero, amigo y compañero de generación del Obispo Electo, comentó que, en el Seminario, el Padre Héctor se destacaba por ser espiritual y estudioso. Además, compartieron el privilegio de ir a estudiar en Roma, de esta experiencia recuerda que ambos aprovecharon la oportunidad para visitar varios países, conocer la cultura y aprender idiomas.
“Desde que lo conozco ha sido un hombre cercano a Dios, piadoso, devoto y respetuoso con las cosas de Dios. También es muy aventado, cuando se trata de la acción, es decidido. Siempre lo vi muy estable, ecuánime en la forma de ser, en el ánimo, en el carácter. Igualmente, es un hombre que le gusta mucho la fotografía. A todos los lugares que íbamos a visitar, a veces, se nos perdía el Padre Héctor – ¿dónde está? – pues estaba tomando fotos”. Finalmente, sobre su nombramiento Episcopal, el Padre Miguel, expresó: “Ha sido realmente una grata sorpresa; ofrezco mis oraciones por él y sé que va a ser un buen Obispo, un gran pastor con ‘olor a oveja’. Muchas felicidades a ti, a tu familia y a la Iglesia de Guadalajara”.
Otro testimonio es el del Padre José Antonio Arias Salinas, que se encuentra en la Parroquia María Madre del Redentor, primera comunidad del Padre Héctor; además fue su alumno en el Seminario. Como profesor, el entrevistado dijo que es bueno para explicar y cercano con los alumnos, siempre dispuesto a escuchar. Mientras que en la comunidad, recuerdan con mucho cariño al Padre López Alvarado y se alegraron con la noticia. “La gente aquí lo quiere muchísimo y tienen muy en el corazón su cercanía. De parte de la Parroquia María Madre del Redentor, muchas felicidades y cuente con nuestras oraciones, estaremos rezando por usted”, culminó.

Persona de mucho valor

En la adolescencia, Monseñor Héctor trabajó en la “Zapatería Jalisco”, ubicada a media cuadra del Templo de San Juan de Dios, empresa familiar con más de 65 años en Guadalajara. El señor Sigifredo Fernández Fernández, dueño del negocio, manifestó buenas referencias de su ex empleado. “Trabajaba muy bonito, era obediente. Un día me dijo: ‘quiero ser sacerdote, pero no tenemos los medios económicos para poder pagar todo’. Yo le dije: trabajas medio día y medio día vas a estudiar. De esa forma el hombre se sacrificó y fue cumpliendo sus deseos. Es una persona de mucho valor; un hombre que siempre está buscando algo para todos. Al nuevo Obispo Héctor, le digo: Tienes todavía mucho por delante y vas a llegar hasta Roma, digo yo. Te felicito, y me da mucho gusto que hayas aprovechado el tiempo, como lo has aprovechado”.
Por su parte, una de sus compañeras de trabajo fue Esperanza Camarena Sánchez, quien se refirió a su ex compañero como servicial.  “En la cuestión laboral, todo lo hacía de buena manera, nunca hubo problema con él. Para nosotros es un orgullo conocerlo y nos da gusto que sea Obispo. Le mandamos una felicitación y que siga cosechando todo lo que Dios le mande”.
Finalmente, otro amigo de Monseñor Héctor es Mario Alejandro Vega López, un joven de 23 años que conoció en una entrevista de Preseminarios en 2011. A partir de ese momento mantienen una bonita amistad. “Compartimos muchas ideas juntos, nos gusta andarnos tomando fotos… Con los jóvenes es como con toda la gente: Humilde, sencillo y cercano. ¡Lo felicito Padre Héctor y que Dios lo siga bendiciendo en su camino!”.

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