En un mensaje enviado a los participantes en la Reunión Anual de la Comisión para la Prevención de Delitos y Justicia Penal (CCPCJ), que se está celebrando en Viena desde el 14 hasta el 18 de mayo, el Cardenal reconoció los “muchos resultados positivos” de los avances tecnológicos en las sociedades, sin embargo, afirmó que “no podemos subestimar el lado oscuro del nuevo mundo digital en el que vivimos”.
Indicó que uno de los aspectos más graves “es la difusión de nuevas formas de actividad delictiva, o de formas antiguas implementadas con nuevas y poderosas herramientas. Contrarrestarlas de manera efectiva es vuestra tarea necesaria y urgente”.
El Purpurado dijo que combatir estos delitos desarrollados al amparo de las ventajas que ofrece la tecnología es una prioridad, pues “todos debemos preocuparnos de que el desarrollo mundial promueva la dignidad de cada persona humana que viene al mundo, para que pueda crecer de una manera saludable y armoniosa en cuerpo y espíritu, en una sociedad que la acoge y la protege”.
En su mensaje, el Cardenal puso de relieve la especial preocupación del Papa Francisco por la desprotección en que se encuentran los menores ante los delitos en internet.
“La proliferación de imágenes de violencia y pornografía cada vez más extremas altera profundamente la psicología e incluso el funcionamiento neurológico de los niños; el ciberacoso, el sexting y la sextortion corrompen las relaciones interpersonales y sociales”, advirtió.
Además, “las formas de seducción sexual a través de la red, la visión en vivo de violaciones y de violencias, así como la organización en línea de la prostitución y de la trata de personas, y la incitación a la violencia y el terrorismo son ejemplos claros de delitos horribles que no pueden ser tolerados de ninguna manera”.
“El Papa Francisco -señaló- está convencido de que un desarrollo digno y sostenible puede alcanzarse solamente si los niños, que son el futuro de la familia humana, se colocan en el centro de atención, favorecidos y protegidos en los años decisivos de su crecimiento”.
Por ello, “al final del ‘Congreso mundial sobre la dignidad del menor en el mundo digital’ del pasado 6 de octubre, el Santo Padre brindó su apoyo convencido a la ‘Declaración de Roma’, que apela a los esfuerzos de gobiernos, líderes religiosos y académicos, industrias tecnológicas, fuerzas del orden, organizaciones médicas, educadores y organizaciones de la sociedad civil, para que contribuyan a abordar juntos un problema que supera las posibilidades de los sujetos individuales”.
El Cardenal Parolin mostró la disposición de la Iglesia, “conscientes de su contribución a la formación de la conciencia moral y de la sensibilización pública”, a “colaborar con las autoridades políticas y religiosas y con todos los actores de la sociedad civil, especialmente los creadores y los gestores de tecnología, para que los niños puedan crecer serenamente en un ambiente seguro”.
Por esta razón, “en un mundo en constante cambio, el papel de las Naciones Unidas y, específicamente, de la UNODC es particularmente crucial. Por ello el Papa Francisco desea el mejor resultado para el trabajo de esta Comisión y envía su bendición a todos los participantes”, finaliza el mensaje.
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