Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Durante el mediodía del jueves 11 de octubre, tercer día de trabajo del 1er. Encuentro Continental de Pastoral Urbana, se contó con la presencia, en el auditorio de la UNIVA, del Nuncio Apostólico en México Mons. Franco Cóppola quien saludó a los participantes y agradeció su compromiso, “Gracias por el estudio que están haciendo, por los caminos que van buscando”, comentó.
Dijo que respeto al encuentro al que se debe salir para buscar y llevar a Cristo en las grandes ciudades, señaló que “para ver con compasión hay que ver primero con pasión”, dijo que nadie somos ajenos a la difícil situación que viven muchos de nuestro países latinoamericanos concretamente México y sus ciudades, e incluso las parroquias, pero “la crisis que estamos viviendo es una crisis buena, porque nos hace ver lo que nos sirve y lo que no, lo que da fruto y eso es lo que hay que mantener”, aseguró.
“Muchas veces nuestras iglesias, parroquias se vuelven oficinas. El Papa nos pide volver la mirada al Evangelio, a Jesús, que no tiene oficina, que salía y caminaba”, exhortó el Nuncio.
“Jesús toca al leproso. Los discípulos de Emaús es otro de los pasajes que podemos retomar. No es el leproso que se acerca, en las ciudades la gente no se acerca más…”, reflexionó Mons. Cóppola, “los ciudadanos de hoy experimentan frustración como los discípulos de Emaús y es Jesús quien va hacia ellos, no les hace una prédica, solo se acerca, camina con ellos y los escucha… éste es el desafío para la Iglesia en nuestro tiempo, caminar por los caminos del hombre, encontrarlo, escucharlo y responder a sus preguntas.
“Muchas veces les ofrecemos un producto ya hecho y no está bien, hay que responder a las preguntas”, enfatizó el Nuncio Apostólico en México.
Expresó su alegría por ver la profundidad y lo acertado de las intervenciones de los expositores.
Los animó a mirar al principio. “Desde el principio la imagen de Dios es el hombre… hombre y mujer… la familia que es imagen de Dios. También la Iglesia es familia, tenemos que construir nuestra Iglesia como una familia, pensando, en consciencia, si tratamos a nuestros hermanos como verdaderos hermanos, si tratamos a nuestros hijos como verdaderos hijos. Tenemos mucho que cambiar en esto.
“Desde la formación en el Seminario y la formación a los laicos. Es fundamental hacer la experiencia del padre, del hermano mayor, hacer la experiencia en nuestra vida para que el fuego de este amor pueda sobreabundar y transmitirse a los demás”.
Posteriormente, compartió una anécdota: “Saliendo de una Misa se acercó una señora con sus dos hijos pidiéndome la bendición, y me pidió rezar por otros dos hijos que no querían ir a Misa, ese es el corazón de madre… Nos alegramos por los que están aquí, pero al mismo tiempo sentimos la angustia de los otros hijos que no están”.
Finalmente el señor Nuncio felicitó a los organizadores del Congreso y animó a los participantes a seguir trabajando en una pastoral para las grandes ciudades.
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