Hablar de Pensamiento Social Cristiano es hablar de un encuentro con la realidad desde la mirada del Evangelio. Esto es, sensibilidad para acercarnos al dolor, dejarnos tocar por ello, hacer un análisis crítico que en México nos permita reconocer y denunciar el pecado social, y reaccionar con la certeza cristiana que genera posibilidades desde la esperanza.
Este proceso desde México y América Latina tiene características propias. El análisis de la realidad social se encuentra cargado de indicadores que nos evidencian una situación escandalosa. Las cifras de pobreza, violencia, corrupción y desigualdad que se vive en gran parte de nuestros países nos revelan estructuras injustas, falta de oportunidades y esfuerzos que no logran convertirse en mejores condiciones de vida.
Pastores y creyentes en cada uno de nuestros pueblos han acompañado el caminar de la Iglesia latinoamericana; muchas veces movidos por las propuestas del magisterio social en la región.
Como fruto de este trabajo podemos identificar la denuncia de estructuras injustas, la búsqueda de condiciones más humanas, la reflexión comunitaria que ha llevado al compromiso social de la fe, y experiencias de trabajo que permiten relacionarse desde la dignidad, la solidaridad y el bien común.
Es un hecho que ha habido iniciativas que contribuyen a la transformación social de América Latina. Diferentes actores sociales y eclesiales han generado espacios creativos de trabajo, luchas y resistencia; así mismo, proyectos desde los ámbitos académico, político y económico han ofrecido respuestas. Sin embargo, perece que ha sido insuficiente y que los resultados no alcanzan a contrarrestar los efectos de la problemática social. El reto es tan grande que requiere seguir sumando actores.
Los efectos de un sistema político y económico que no pone en el centro a la persona se sufren en rostros concretos igual que en situaciones concretas; nos confrontan a condiciones inhumanas que se convierten en signos de los tiempos. La reacción ante ellos desde la esencia cristiana es la indignación; así el desafío social se une al desafío eclesial. El Pensamiento Social Cristiano recoge la indignación y ofrece herramientas para asumir el compromiso social del cristiano, así como para dialogar e integrar a los diferentes actores para seguir construyendo nuevas formas, narrativas, teologías y sobre todo oportunidades. Para hacer de nuestras iglesias y nuestros pueblos, como lo anhelaba monseñor Romero, voz de esperanza, vigor, fortaleza, alegría, inclusión, que abrace como lo hace el Dios de la vida.
Hacer posible procesos de transformación implica el trabajo de profesionistas capaces de incidir en las estructuras sociales a través de reconocer que la justicia social será posible conforme avancemos hacia formas de relación más equitativas; en las estructuras económicas mediante una revisión que no se limite de las estadísticas e indicadores de la mano de aspectos éticos y antropológicos; en las estructuras políticas, proponiendo políticas públicas a favor de las personas en pobreza, moviendo a la conciencia y la participación ciudadana.
Conscientes de que la Doctrina Social de la Iglesia, principalmente en la vivencia de sus principios y valores, representa una posibilidad, así como un tesoro que no puede estar escondido, sino que debe ser compartido, el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC) y la Universidad Católica Lumen Gentium han dialogado con diversas personas e instancias de México y América Latina para lograr conformar una maestría. Dicha oferta académica es un espacio de formación desde el Pensamiento Social Cristiano como conjunto sistemático de principios para el análisis, criterios éticos para la reflexión y directrices humanas para la acción.
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