Con aplausos fue recibido él por las cientos de personas que llegaron hasta el Templo de San Juan Bosco para participar de la eucaristía. En ellas se notaba su aprecio por el pastor y por la congregación salesiana, que ha sido muy significativa en sus vidas. Así lo expresaron ex alumnos del colegio de distintas generaciones, quienes siguen reuniéndose y siendo parte de la comunidad.
Monseñor Ezzati se refirió a la vigencia del legado de Don Bosco quien dedicó su vida a trabajar por la educación de los jóvenes y su salvación. Actualmente la congregación, además de tener colegios, hace su labor en centros de rehabilitación, de acogida para niños en situación de vulnerabilidad.
En su homilía se refirió a su profunda fe y se inspiró para hablar de él en el renovado mural del templo pintado por Claudio Di Girolamo en la década del sesenta. Este mural nos habla de la historia de salvación en el que está presente Jesús y los evangelistas. También religiosos, religiosas, laicos y educandos, a quien nuestro padre les explica el camino para llegar a una vida santa. San Juan Bosco “nos invita a una renovación espiritual. Esa espiritualidad a la cual nos llama a volver es mariana, pasa por el corazón de María Auxiliadora”, expresó.
El padre Alberto Lorenzelli, Provincial de los Salesianos en Chile, también destacó la importancia de esta fecha. “Celebrar la fiesta de Don Bosco nos invita a cada uno de nosotros a tomar la herencia que él nos ha dado, su carisma y el amor por los jóvenes, sobre todo los más pobres. Vivir y realizar su pedagogía que es eficaz, esperanzadora y que tiene resultados extraordinarios en 135 países del mundo”.
“Ahora que estamos a un año de conmemorar el bicentenario de su nacimiento reflexionamos sobre la espiritualidad de San Juan Bosco, él fue un hombre que vivió en Dios. Fue un hombre del hacer y ese hacer evidenció su ser profundamente, ya que fue de una gran espiritualidad mariana, donde vio la realización de todos sus sueños” profundizó el sacerdote.
Recordando al Cardenal Raúl Silva Henríquez
En la celebración monseñor Ezzati también hizo un reconocimiento al Cardenal Raúl Silva Henríquez, hijo ilustre de la familia salesiana. “Para mí es una alegría presidir esta eucaristía que muchas veces fue presidida por él y en un templo renovado, bellísimo que es el signo de lo que está llamada a ser la comunidad de la Iglesia que se renueva constantemente”.
En este sentido el padre Lorenzelli compartió que como congregación tienen mucho que celebrar: “Esperamos ver muy pronto al Cardenal Raúl Silva Henríquez asumir los honores del altar, introduciendo su causa de beatificación. Estamos muy contentos también con el anuncio del Papa Francisco quien nombró como nuevo Cardenal a monseñor Ricardo Ezzati. Es un reconocimiento a su persona y a toda la Iglesia chilena”.
Nuevas vocaciones
En la Eucaristía como es tradición hubo renovación de votos religiosos, esta vez lo hizo Leonardo Eykem, quien manifestó su vocación y compromiso con la obra salesiana. Los votos se hacen por un año y después de ese año se renuevan por uno, dos o tres años y así hasta los votos perpetuos que se hacen luego de siete.
“Actualmente hay 3 pre-novicios, 7 novicios, 2 post-novicios y 4 estudiantes de teología. Hay 40 jóvenes en los colegios en discernimiento vocacional y esperamos tengamos más hermanos en formación”, comentó el sacerdote Juan Bustamante, secretario provincial de la congregación en Chile.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago
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