La Fe y devoción mariana, en moto
Texto y Fotos:
Pbro. Alberto Ávila Rodríguez
Con la solemnidad de los repiques de las grandes fiestas, desde la Basílica de Nuestra Señora del Favor, una imagen preciosa asomaba su carita, atraída por el ruido del festejo. Imagen hermosa y Patrona de este pueblo y sus rancherías, es visitada por muchos hombres y mujeres de “potros raros” y llamativas vestimentas. Se encontró con su pueblo entero tapizado de máquinas rugientes. Otras, ya reposando, eran asombro inusual (o muy usual de cada año) para los moradores y los visitantes que, esta vez, eran muchos más que en años anteriores, según comentarios generales.
Vestían indumentaria distinta para afrontar los vientos fríos en las carreras de sus aparatos. Es ésta una Peregrinación muy singular, que data ya de 17 años consecutivos. Llegan desde diversas partes de la República, y algunos de más allá de las fronteras; motocicletas de todas categorías, sencillas y grandiosas, confluyen a postrarse y a pedir su Patrocinio a la Virgen del Favor. Moto-taxis han caminado también a la par de motos de alta alcurnia. Incluso se apersonó el simpático “Escuadrón Cobra”, así llamado porque lo integran los cobradores.
Desde el arranque
Enero estuvo frío, más que de costumbre, este domingo 17. En la Glorieta de La Minerva, a la hora señalada para agruparse y encarrilarse en grupos. A las 7 de la mañana, unas cuantas motos aventureras de distintos cilindrada llegaban rugiendo motores. Se fueron organizando para la partida en grupos. A lo largo de 101 kilómetros, fueron el asombro para mucha gente que desconocía este acontecimiento singular, de corazón religioso y sediento de protección y de Fe.
En sus parihuelas de “Peregrina”, la Virgen María fue cargada por hombres y mujeres, ya fieles a esta tradición por varios años. La Gran Señora se va sintiendo agasajada como Madre verdadera; pero también dice, como todas las mamás: “Aunque sea un ratito, porque al rato los hijos se van a sus andadas”.
La Santa Misa fue el centro de la fiesta, con predicación de gozo y atención, porque sienten que la “Madre de todos” está ahí gozosa por el festejo y el trato familiar. Carreteras, muchos estanquillos de antojitos, gasolineras, transeúntes despistados, han sido testigos de esta religiosidad singular; tal vez un poco pasajera, pero que va dejando su semilla en muchos corazones.
Recorrieron el paisaje agavero; los robles de las montañas cercanas, haciendo como reverencia a la caravana. Ya en la meta, se miran y escuchan las máquinas estruendosas que se inclinan ante Nuestra Señora del Favor, Patrona de Hostotipaquillo, población casi al borde de la Barranca donde recién ha nacido la gran Presa de La Yesca. La numeralia, es enorme… pero al medirla, y sin pasar lista, unos y otros ofrecen cifras diferenciadas, aunque todos coinciden en que cada año va en aumento.
La parte central, decíamos, es la Eucaristía; Misa que la mayoría resiste a pie firme… Una Homilía, adecuada para tanta gente y tan singular acontecimiento, llega a las fibras sensibles de muchos. Al final, un singular contento: baldes y baldes de agua bendecida rociando cascos, máquinas y, por supuesto, a los motociclistas peregrinos. Un añadido especial… el Padre Arturo Velázquez Ramírez, quien presidió esta Eucaristía como Decano de esta Región, invita a recitar una plegaria hermosa que él mismo fue arreglando.
Oración del Motociclista
El viaje está listo, se escucha el rumor,
caliento mi moto, me pongo mi traje.
Le pido al Señor bendiga mi viaje,
Tú vas a mi lado, Virgen del Favor.
Si cruzo glaciares o azota el calor,
si rompo los valles o La Rumorosa,
¡oh dulce Princesa, mi Virgen hermosa!
Tú vas a mi lado, Virgen del Favor.
Las piedras, volcanes, que causen temblor.
Los arduos caminos, tormentas de nieve,
la cruel tolvanera, la arena que llueve.
Tú vas a mi lado, Virgen del Favor.
El casco despide fugaz resplandor,
la vista cansada, nublado el camino…
Los Ángeles bajen y guíen mi destino,
Tú vas a mi lado, Madre del Favor.
Bendice mi auto, jinete y motor.
Prometo prudencia, no enfrente un desliz.
Mi hogar siempre espera regreso feliz,
Tú vas a mi lado, Virgen del Favor.
Hoy llenas mi alforja de Paz y de Amor.
Te damos las gracias, ya todos unidos.
Jesús hoy nos salva, no somos vencidos.
Tú vas con nosotros, Madre del Favor.
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