AGENDA INTERNACIONAL | Por Georg EICKHOFF |
Está por cumplir 12 años a la cabeza del gobierno alemán y acaba de anunciar que se presentará a las elecciones del 2017 para lograr un cuarto período al cabo del cual habría gobernado, por 16 años, el país más grande de Europa. Angela Merkel es la mujer más poderosa de la historia, no porque lo diga una revista.
Después de la elección de Donald Trump, muchos medios de comunicación, entre ellos el New York Times, proclamaron a Angela Merkel como la última defensora de los valores de occidente. Durante su visita de despedida a Berlín, hace pocos días, el Presidente Barack Obama expresó que votaría por ella si pudiera.
Merkel es luterana. Su padre fue pastor. Creció bajo la dictadura comunista en Alemania Oriental. Con 35 años entró en la política, al momento de la Caída del Muro de Berlín. Después de solamente 10 años, llegó a presidir el partido más grande de su país, la democracia cristiana.
En los últimos años ha crecido, también en Alemania, un partido de derechas cuyo principal argumento electoral es el rechazo contra los inmigrantes. A los competidores que se presentan como los defensores de Occidente contra el islam, Merkel llegó a expresar que una buena forma de fortalecer los valores de Occidente sería atender el culto cristiano, todos los domingos.
Y a Donald Trump, Merkel ofreció, luego de su elección que está aterrando a muchos alemanes por los recuerdos históricos que despierta en ellos, una estrecha cooperación sobre la base de “los valores de la democracia, la libertad y el respeto al derecho y la dignidad de las personas independientemente de su origen, color de piel, religión, sexo, orientación sexual o posiciones políticas”.
Merkel está dispuesta a pagar un precio político por dar refugio a quien lo necesita y lo está pagando. Hay quienes la culpan por haber sobrecargado la sociedad alemana al abrir las puertas para cientos de miles de refugiados de Siria. No hay solamente entusiasmo por su muy extendido gobierno y por su nueva candidatura.
Pero, según las encuestas, Merkel tiene altas oportunidades de ganar las elecciones en septiembre. Los ciudadanos eligen el parlamento y el parlamento elige al jefe de gobierno. Es probable que la actual coalición de gobierno entre demócrata cristianos y socialdemócratas, que son los dos partidos más grandes, vuelva a sacar los votos suficientes para dar otro mandato a la “Kanzlerin” Angela Merkel, transformada en líder de Occidente ante la degradación moral y política de los Estados Unidos expresada en el liderazgo negativo de Donald Trump.
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