Waqas Sadiq: "Mi vida como sacerdote no va a ser fácil en Pakistán, por la presión del Islam, por los atentados terroristas, pero no me asusta""Ahora que ya estoy a punto de ordenarme presbítero empiezo a sentirme verdadero cristiano. Mi vida como sacerdote no va a ser fácil en Pakistán, por la presión del Islam, por los atentados terroristas, pero no me asusta. Pido a los cristianos occidentales que nos ayuden, que estén unidos espiritualmente a nosotros”, asegura. Aunque Waqas proviene de una familia cristiana, formada por siete hermanos, siempre ha estado en contacto con musulmanes, por lo que su vocación tardó en llegar. “Curiosamente, antes de entrar en el seminario, sólo había conocido a un sacerdote en mi vida y ni siquiera fue él quien me sondeó acerca de mi vocación. Nunca me lo había planteado: aunque soy cristiano, mis amigos de infancia son musulmanes, aprendí incluso sus oraciones y les acompañaba a la mezquita”, relata.
"Recuerdo las veces que mi padre había rechazado las suculentas ofertas que le habían hecho para convertirse al Islam… Y doy gracias""Fue mi catequista quién me animó a entrar en el seminario menor. Entré sin mucho entusiasmo pues yo quería ser ingeniero. Pero allí encontré lo que verdaderamente quería para mi vida. Recibí el sacramento de la Confirmación, me llené del Espíritu y dije que sí a la llamada de Dios", comenta. Aunque la situación de los cristianos en Pakistán es peligrosa, el sacerdote agradece la educación cristiana que le dieron sus padres, cuando rechazaron el islam: "Mirando atrás, recuerdo las veces que mi padre había rechazado las suculentas ofertas que le habían hecho para convertirse al Islam… Y doy gracias…”.
"En nuestro pueblo no hay templo católico, por lo que mi familia sólo puede asistir a Misa un par de veces al año”Por su parte, su familia espera con ilusión que su hijo sea sacerdote. “Cuanto entré en el seminario menor, mi familia esperaba con ilusión mi visita en vacaciones, para que les hablara de la fe y de lo que estaba aprendiendo, en nuestro pueblo no hay templo católico, por lo que mi familia sólo puede asistir a Misa un par de veces al año”. A parte de la familia Sadiq solo hay otra familia cristiana en el pueblo. https://youtu.be/92C-IIchQY0 Lo cierto es que Waqas y su familia forman parte del 2% de cristianos en Pakistán, donde el Islam abarca todos los aspectos de la vida. Nadie habla de ellos. Debido a su fe son discriminados, el 95% de los cristianos son analfabetos. Trabajan en las tareas más duras y peor pagadas: en el campo, en régimen de semiesclavitud o en la fabricación de ladrillos. Además, viven bajo persecución por parte de los radicales musulmanes, ya hay más de 1.000 condenados a muerte por la Ley de Blasfemia, las ejecuciones forman parte del día a día. A pesar de todo, no reniegan de su fe, los cristianos en Pakistán viven con miedo, pero también con valentía y perseverancia.
Salvemos a Asia Bibi
La Ley de Blasfemia ante la que no tiene miedo Waqas es la misma que condenó a Asia Bibi, que lleva siete años en la cárcel por haber bebido de un pozo.En 2015 se logró la suspensión de su condena pero Asia Bibi sigue en la cárcelA lo largo de este tiempo, han sido numerosas las ocasiones en las que, previsto el día y la hora de una vista judicial terminaba por suspenderse. A pesar de todo, las pruebas contra ella fueron tan endebles que se logró en 2015 la suspensión de su condena e, incluso, se le permitía salir de la cárcel. Sin embargo, Asia Bibi sigue en la cárcel, esperando su regreso a casa.
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— Actuall (@actuallcom) 14 de octubre de 2016
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