Fernando Javier Vera Gloria
El arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega realizó visitas pastorales a las regiones Ciénega y Norte de Jalisco en las que invitó a los católicos a ser testigos vivos del amor de Dios con sus acciones cotidianas, buscando siempre servir a sus hermanos.
En la consagración del templo parroquial de la Divina Misericordia en La Barca, Jalisco, el sábado 5 de mayo, indicó que el amor de Dios es “como un río que a su paso ofrece vida”, sin distingo, siempre con generosidad para que la tierra ofrezca frutos abundantes.
“Debemos reflexionar que tipo de tierra somos y que frutos estamos ofreciendo” invitó el Purpurado a quienes colmaron el recinto religioso, entre ellos, grupos de matrimonios, jóvenes, alumnos del seminario auxiliar de La Barca y religiosas.
Tras consagrar el altar, signo de Jesús entre nosotros, y en el que depositó reliquias de San José Sánchez del Río, el niño mártir canonizado en 2016 por el Papa Francisco, resaltó que este hecho debe motivarnos a tener siempre en cuenta que somos templos vivos del Espíritu Santo y que debemos de actuar en consecuencia.
“El esfuerzo material que se ha hecho para tener este espacio que es muy digno, debe recordarnos que todos los días debemos cuidarnos porque Dios habita en nosotros, en cada uno; debemos procurar siempre los sacramentos que nos ayudan a mantener y fortalecer nuestra amistad con Dios. Somos templos vivos del Espíritu Santo”.
Durante su estancia en la zona norte de Jalisco, el domingo 6 de mayo, donde confirmó a 27 alumnos del seminario auxiliar de Nuestra Señora de Guadalupe en Totatiche y a 24 jóvenes de la parroquia del Señor de los Rayos en Temastián, recordó que el Sacramento de la Confirmación es una aceptación personal de adherencia a la Iglesia Católica que debe ser testimoniada con obras y vida basadas en los criterios del Evangelio.
“Están confirmándose en el amor de Dios, amor que debe ser compartido; la fe es personal pero no debe quedar en el fuero interno, debe salir de nosotros para irradiar a quienes nos rodean”.
En este sentido hizo un llamado a renovarnos en el amor de Dios y a ver siempre en el prójimo Dios, “a Cristo Jesús que en el otro nos invita a vivir en Caridad”.
El arzobispo de Guadalajara estuvo también en Temastián, para compartir la alegría de la comunidad, por el 75 aniversario de la consagración del Santuario del Señor de los Rayos y para conocer y bendecir la primera piedra del proyecto de la Casa del Peregrino que, una vez concluida, albergará a 500 personas en promedio.
“Poner la primera piedra es importante y lo más fácil; trabajen solidariamente para que con calma y ahínco, coloquen la última piedra de esta gran obra”, alentó el Pastor de la Arquidiócesis de Guadalajara.
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