Este sábado 26 de octubre, en el segundo día de actividades de las 72 horas de Misión, más de 700 voluntarios de diferentes parroquias de la Arquidiócesis de México acudieron desde muy temprano a hospitales, casas de asistencia y asilos de la Ciudad de México.
En cada uno de estos lugares la participación de los voluntarios, organizados por la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de México, tuvo como objetivo llevar esperanza a los enfermos y a sus familiares.
En este marco, destacó la participación de los Payasos Eucarísticos Misioneros, quienes a las ocho de la mañana partieron desde Ixtapaluca en la llamada Caravana de la Alegría, la cual también estuvo acompañada por clubes de motociclistas, con el propósito de llevar juguetes y sonrisas a niños y adultos hospitalizados en Centro Médico la Raza.
“La razón por la que se creó este club de motociclistas fue para ayudar… para donar el corazón”, aseguró Marvin Méndez, de uno de los clubes de motociclistas, quienes donaron juguetes para los niños hospitalizados.
Debido a las medidas de higiene y seguridad de este hospital, sólo los Payasos Eucarísticos pudieron ingresar para convivir con los niños enfermos y entregar más de 500 juguetes que lograron reunir por diferentes vías.
Alimento para el cuerpo y el alma
En este hospital, también otros 30 voluntarios de diferentes grupos respondieron a la convocatoria de la Megamisión, por lo que se dieron a la tarea de repartir alimentos y bebidas a los familiares de los enfermos hospitalizados que se encontraban en las inmediaciones del nosocomio.
“Muchas veces, las personas que tienen internados a sus familiares pasan días en ayunas, y con esta labor, queremos decirles que no están solos. Sabemos que no sólo de pan se vive, por ello también venimos a compartir una oración por la pronta recuperación de sus familiares”, dijo Eduardo Arcos, del Grupo de la Guardia Nacional Cristera, voluntario en la Megamisión.
Después de la entrega de alimentos y frente a la puerta de ingreso a urgencias del Centro Médico de La Raza, los voluntarios oraron por los enfermos y sus familiares, mientras que en el ala oeste del nosocomio, otro grupo de voluntarios rezó el Santo Rosario.
Para Luz María y Reina García, familiares de un paciente de este hospital, la presencia de los voluntarios es una muestra de que Dios está con ellas.
“No sólo nos vienen a alimentar con una torta, nos vienen a alimentar el alma con sus oraciones; dentro del hospital no nos dejan hacer oración aunque hay capilla”, dijo la señora Reina.
En total, fueron 733 personas las se inscribieron como voluntarias en este ambiente, quienes a la par de las actividades del Hospital de la Raza, realizaron misión en instituciones como: Hospital General de México, Hospital Juárez, Hospital de la Mujer, Hospital de Pemex (norte y sur), Hospital Xoco, Hospital Balbuena, el Instituto Nacional de Cardiología, el Instituto Nacional de Pediatría, Hospital del Niño de Coyuya, entre otros.
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