Los seminaristas se encontraban en la capilla orando cuando llegaron los yihadistas, que para aterrorizarles dispararon al aire varias veces. Los jóvenes estuvieron retenidos unas 48 horas y finalmente fueron liberados.
El P. Emmanuela Faweh’, formador del seminario Cristo Rey de Kafanchan, explicó a Ayuda a la Iglesia Necesitada que “los jóvenes que fueron secuestrados se mantuvieron fuertes, sin miedo. Rezaban sin abrir la boca, leían los labios de los otros y rezaban juntos el rosario. Cuando los secuestradores vieron que no se amedrentaban llamaron al seminario para pedir dinero por su liberación”.
Aunque hubo negociación, la Iglesia no pagó el rescate. “El silencio con el que los seminaristas testimoniaron su fe envió un mensaje a los secuestradores de que no se vendrían abajo. Y finalmente decidieron liberarlos. Todo lo que podemos decir es que Dios no olvida a su pueblo”, aseguró el P. Faweh’.
A las 07:30 p.m del miércoles 13 de octubre, los secuestradores hicieron saber a los responsables del seminario dónde habían liberado a los tres jóvenes.
El formador recuerda que cuando recibieron esa llamada, “estábamos tan felices, que todos los responsables del seminario salimos corriendo en dos coches, sin pensar que nos podía suceder algo. Cuando los encontramos comenzaron a llorar. Estaban en mitad del bosque y tenían miedo, y yo también. Gracias a Dios llevábamos un policía armado, por si sucedía cualquier cosa, para que nos defendiera”.
Cuando los tres seminaristas regresaron al Seminario de Cristo Rey fueron recibidos con oraciones, canciones y abrazos de sus compañeros, que emocionados habían permanecido en oración por su liberación.
“Estos tres seminaristas cuando volvieron después de ser liberados, nos dijeron que ellos cuando entraron al seminario y tomaron la sotana, ya sabían que podían morir mártires. Por eso estaban preparados para dar su vida por el Evangelio y para difundir la fe”
Además, este secuestro lejos de amedrentar al resto de seminaristas de Cristo Rey les ha reforzado su fe para continuar con su formación allí ya que algunos seminarios de Nigeria han debido cerrarse porque no se podía garantizar la seguridad de los jóvenes, que siguen su formación religiosa desde sus casas.
“Si estos jóvenes que han sido secuestrados tienen una fe tan fuerte, nosotros también podemos permanecer en el seminario y continuar nuestra formación”, recordó el P. Faweh que aseguraron otros seminaristas de Cristo Rey.
Los ataques a cristianos en Nigeria por parte de grupos relacionados con el yihadismo, como Boko Haram, son tristemente frecuentes, pretenden infundir miedo entre los cirsitanos para que dejen de vivir su fe libremente. Su última finalidad es crear un califato en Nigeria, donde no existan creyentes de religiones que no sean la islámica.
El P. Faweh pidió colaboración para aumentar la seguridad en el seminario de Cristo Rey y evitar que se produzcan otros secuestros como este.
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