Sin embargo, un espectáculo inusual durante la liturgia, con bailarines litúrgicos, una oración de nativos americanos en “cuatro direcciones” y la aparición de una figura vestida de colores al final de la Misa, que se asemejaba a las representaciones tradicionales de un demonio azteca, ha provocado fuertes críticas en medios de comunicación después de la celebración del 17 de octubre
“Paganismo en pleno florecimiento”, señala un comentario en YouTube. “Esto es una absoluta vergüenza para Dios y Su Santa Iglesia”, agrega otro.
El Sínodo sobre la sinodalidad es un proceso consultivo global que el Papa Francisco inició a principios de este mes para recopilar aportes de católicos y otras personas de todo el mundo sobre temas importantes que enfrenta la Iglesia. Muchas diócesis estadounidenses celebraron Misas el fin de semana pasado para inaugurar un año de sesiones de escucha y otros medios para obtener comentarios.
El Obispo Alberto Rojas fue el celebrante principal de la Misa de apertura de aproximadamente dos horas de duración en la Diócesis de San Bernardino, llevada a cabo el domingo por la noche en la iglesia Queen of Angels en Riverside, California. El Obispo Emérito de San Bernardino, Mons. Gerald R. Barnes, concelebró la Eucaristía.
La liturgia multilingüe transmitida en vivo comenzó de manera dramática. Un ministro laico que trabaja en una reserva india cercana encabezó la procesión hacia el santuario, agitando una gran pluma de pájaro con una mano mientras cargaba una canasta en la otra, con el acompañamiento de los tambores.
Después de rodear el altar y llegar al atril, Michael Madrigal, a quien la Diócesis identificó como un ministro laico en la iglesia católica St. Joseph Mission en la Reserva India de Soboba, sacó un sonajero de madera de la canasta y lo agitó mientras cantaba en un idioma nativo americano. Luego, recitó en inglés la “oración de los nativos americanos de las cuatro direcciones”.
“Empezamos por el norte. Es la dirección de las frías nieves y el hielo del invierno. Es la dirección de nuestras medicinas curativas desde donde recibimos la oración, la ceremonia y las bendiciones de nuestro Creador. En esta dirección, oramos por todos nuestros líderes espirituales”, comenzó Madrigal.
“Oramos por fortaleza y bendiciones para el Papa Francisco –continuó–, ya que nos ha convocado para este año del Sínodo. Oramos por todos nuestros obispos, sacerdotes, religiosos y líderes comunitarios. Te pedimos que les des sabiduría, fuerza para el viaje”.
Oraciones similares dirigidas al este, sur y oeste invocaban a la Trinidad y pedían a Dios guía, curación y protección.
Puede ver la Misa del Sínodo completa en el video de YouTube a continuación: https://www.youtube.com/watch?v=D6f6du2hv0g&t=1s. La Misa comienza en el minuto 7:53. La procesión de entrada en el 11:15. Los bailarines aparecen en a las 2:03:13.
Contactado por CNA –agencia en inglés del Grupo ACI–, un portavoz de la Diócesis explicó en un correo electrónico que el significado de la oración es doble. Primero, la oración está destinada a “reflejar el carácter multicultural de la Diócesis y dar voz a las expresiones católicas que podrían considerarse en la periferia”.
En segundo lugar, “esta oración, por su naturaleza, ayuda a los fieles a reflexionar sobre toda la red de la vida que Dios ha creado, una idea central en la [encíclica] Laudato si del Papa Francisco”.
Sin embargo, existe el peligro de que las expresiones culturales durante la Misa puedan distraer el enfoque apropiado en la Eucaristía, dijo el P. Daniel Cardó, docente de la Cátedra Benedicto XVI de Estudios Litúrgicos en el Seminario Teológico St. John Vianney en Denver.
“Hay muchas ocasiones en la vida de una diócesis o una parroquia para la expresión cultural y personal, pero la Misa no es el lugar para estas”, escribió el P. Cardó en un correo electrónico a CNA.
“La unidad eclesial verdadera y duradera proviene de la Eucaristía, no de nuestros bien intencionados experimentos humanos. Celebrar los sacramentos según las rúbricas y su espíritu es el camino ordinario y sencillo para la participación genuina en las gracias que Dios ofrece a través de ellos”, afirmó.
En su homilía, Mons. Rojas describió el camino sinodal como una invitación a escuchar y acoger a “todas las personas en los márgenes de la sociedad”.
“Guiados por el Espíritu Santo, nos reunimos de diferentes culturas e idiomas alrededor del mundo, pero unidos en Cristo como una familia de familias para orar y escucharnos unos a otros. Queremos que todas las personas marginadas de la sociedad sepan que son bienvenidas en nuestras comunidades porque todos son hijos de Dios creados a la misma imagen y semejanza de Dios nuestro Padre”, continuó.
Cerca al final de la Misa, Mons. Rojas se tomó un momento para explicar el simbolismo de la procesión de entrada.
“Si notaron, cuando entramos a la iglesia la procesión de entrada fue un poco diferente a lo que hemos hecho en el pasado. Normalmente, el sacerdote o el presidente o los obispos vienen al fondo, al final del proceso. Notaron que esta vez estábamos en el medio, simbolizando caminar juntos”, dijo el Obispo.
Momentos después, bailarines indígenas mexicanos, llamados matachines, con campanas en la ropa y tocados altos con plumas, desfilaron frente al altar. Después de una bendición final, intercalada con fuertes golpes de tambor, salieron de la iglesia, bailando.
Uno de los dos tambores colocados al pie de los escalones que conducen al altar parecía estar usando un disfraz de jaguar, que algunos espectadores asociaron con el demonio jaguar azteca Texcatilpoca. La Diócesis no respondió a un correo electrónico enviado por CNA en busca de una explicación.
Si bien algunos comentaristas en las redes sociales dijeron que estaban profundamente ofendidos por algunos de los aspectos culturales de la Misa, la Iglesia en general ha brindado una amplia discreción en el uso litúrgico de las tradiciones culturales.
La inculturación de la liturgia tiene una larga historia, pero ha cobrado especial importancia desde que la constitución del Concilio Vaticano II sobre la sagrada liturgia incluía normas para adaptar la liturgia a la cultura y tradiciones de los pueblos.
Haciendo eco del Sacrosanctum concilium y de los documentos recientes de la Congregación para el Culto Divino, la Instrucción General del Misal Romano indica que “la investigación de la inculturación de ningún modo pretende que se creen nuevas familias de ritos, sino atender a las exigencias de una cultura determinada, pero de tal manera que las adaptaciones introducidas en el Misal o en otros libros litúrgicos no sean perjudiciales a la índole bien dispuesta propia del Rito Romano”.
El P. Cardó, sin embargo, dijo que hay un momento y un lugar adecuados para celebrar las tradiciones culturales y la diversidad.
“Afortunadamente, hay muchas ocasiones para otros tipos de intercambios humanos y culturales. Pero la Misa es el acto supremo de adoración, acción de gracias, expiación y petición, y esto se experimenta verdaderamente a través de una hermosa y reverente celebración de la Eucaristía”, afirmó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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