Se trató de la segunda audiencia en el Vaticano del Papa con el presidente Moon Jae-in después de la concedida el 18 de octubre de 2018.
La audiencia privada del Santo Padre con el presidente Moon duró 35 minutos. Según informó la oficina de prensa de la Santa Sede, duró de las 10:25 a.m. a las 10:50 a.m. (hora local).
Posteriormente, a las 11:05 a.m. el presidente coreano se reunió con el secretario de Estado Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, junto al secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Richard Gallagher.
Según informó el Vaticano, durante las cordiales conversaciones “se expresó la satisfacción por las buenas relaciones bilaterales y por la contribución positiva que la Iglesia católica ofrece a la sociedad, señalando una particular asiduidad en la promoción del diálogo y la reconciliación entre los coreanos”.
En esta línea, el comunicado oficial indicó que “se comparte la esperanza de que el compromiso común y la buena voluntad favorezcan la paz y el desarrollo en la Península de Corea, sostenidos por la solidaridad y la fraternidad”.
Por último, la nota vaticana subrayó que “las conversaciones también brindaron la oportunidad de intercambiar opiniones sobre una serie de temas relacionados con la actualidad regional y las emergencias humanitarias”.
En el tradicional intercambio de regalos, el Papa obsequió una medalla de bronce que representa el diseño original de Bernini para la Plaza de San Pedro y tres documentos papales: el mensaje para la paz de 2021, el documento sobre la fraternidad humana, el libro sobre la Statio Orbis del 27 de marzo de 2020.
Por su parte, el presidente coreano regaló al Santo Padre una cruz hecha con alambre de espino de la zona desmilitarizada en la frontera con Corea del Norte. Junto a la cruz se encontraba un texto en español -de autor desconocido, presumiblemente del presidente- que recuerda que “la República de Corea es el último territorio dividido del mundo” desde 1953.
El texto también indica que la línea de demarcación se prolonga por 250 km y que hay una “alambrada de púas para que nadie pueda cruzar ni acercarse al otro lado” y relata que comenzó una “iniciativa de fundir la alambrada corroída de la zona desmilitarizada y crear con ella una cruz como símbolo de la paz”.
En esta línea, el texto describe que hasta el momento se han elaborado “136 cruces, teniendo en cuenta que fueron 68 años de división territorial de cada parte, es decir, de Corea del Sur y Corea del Norte”.
“Rezo devotamente para que esta cruz eche raíces profundas y florezca la paz”, concluye el texto.
En diversas ocasiones, el Papa Francisco ha pedido oraciones por la paz entre las dos Coreas.
La península de Corea está dividida en dos estados desde la Guerra de Corea, en la que también intervinieron Estados Unidos y la Unión Soviética. El conflicto finalizó en 1953 con el establecimiento de la frontera entre el norte comunista y el sur democrático en el “paralelo 38”.
El 17 de agosto de 2014 el Papa Francisco presidió una Misa por la reconciliación de Corea y afirmó en su homilía en la Catedral de Seúl que “lo que desde un punto de vista humano parece imposible, irrealizable y, quizás, hasta inaceptable, Jesús lo hace posible y fructífero mediante la fuerza infinita de su cruz”.
“Dios nos llama a volver a Él y a escuchar su voz, y nos promete establecer sobre la tierra una paz y una prosperidad incluso mayor de la que conocieron nuestros antepasados. Que los seguidores de Cristo en Corea preparen el alba de ese nuevo día, en el que esta tierra de la mañana tranquila disfrutará de las más ricas bendiciones divinas de armonía y de paz”, dijo el Santo Padre en aquella ocasión.
El 19 de septiembre de 2018 los presidentes de Corea del Sur y Corea del Norte firmaron en Pyongyang un acuerdo de desnuclearización en la península coreana.
Posteriormente, el 9 de octubre del mismo año la presidencia surcoreana informó que el líder norcoreano, Kim Jong Un, invitó al Papa Francisco a visitar Corea del Norte. El portavoz surcoreano Kim Eui-kyeom dijo que la invitación sería entregada por el presidente de Corea del Sur durante la audiencia del 18 de octubre de 2018.
El 17 de octubre de 2018, el Cardenal Parolin presidió en la Basílica de San Pedro del Vaticano una “Misa por la Paz” en la península de Corea, a la que asistió el presidente Moon Jae-in.
“Esta noche deseamos humildemente alzar la mirada a Dios, a quien rige la historia y los destinos de la humanidad, e implorar una vez más, para todo el mundo el don de la paz. Lo hacemos rezando en particular para que también en la península coreana, después de tantos años de tensión y de división, pueda finalmente resonar plenamente la palabra paz”, dijo el Cardenal Parolin en su homilía.
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