La comunidad diocesana se reunió el 24 de octubre en la Catedral de Villarrica bajo el lema “Contigo Madre oramos por Chile”.
Luego del rezo del Rosario, los fieles celebraron la Misa presidida por el Obispo Emérito de Villarrica, Mons. Sixto Parzinger, y concelebrada por el Obispo del lugar, Mons. Francisco Javier Stegmeier; sacerdotes, diáconos y seminaristas.
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En su homilía Mons. Parzinger manifestó que “es una tarea siempre cultivar la devoción a la Virgen y siempre reconocerla como la más grande y santa. Dios mismo la ha elegido personalmente como su esclava más humilde”.
“Ella siempre ha sido fiel al Señor y será fiel porque es Inmaculada, sin pecado”. “María es la colaboradora más íntima de Dios. Ella siempre estaba presente para decir ‘sí, Señor’”, agregó Mons. Parzinger.
A pesar de las dificultades, y que “muchos quieren exterminar la Iglesia y persiguen a los creyentes, Cristo quiere nuestra fidelidad y nuestra confianza. Y cuando vivimos así aflora la alegría”.
Por ello, “entre todos nosotros tenemos que ser portadores de esta alegría, de esta fe e irradiar ese testimonio. Por eso necesitamos la fuerza interior, ser fiel y hasta sufrir si es necesario”, como Cristo, como la Virgen “que ahora están en la Gloria”, dijo Mons. Parzinger.
“La Virgen nos acompaña y se alegra por este grupo grande que siempre está en su senda y es fiel a ella en sus oraciones diarias, que reza por todo el mundo, para que sea mejor y siempre de Dios”, concluyó Mons. Parzinger.
Luego de la Misa, la comunidad fue en procesión hasta la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes para consagrarse al Inmaculado Corazón de María.
El Congreso Mariano nace en 1979 cuando el hermano Onofre Reichardt y el Obispo de ese entonces, Mons. Guillermo Hartl, alentaron la formación de los grupos del Rosario y también su posterior encuentro anual, con la intención de motivar la oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas.
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