En Sotaquí será funeral de Padre Antonio Olivares

En su natal pueblo de Sotaquí será este sábado a las 10:00 el funeral del padre Antonio Olivares, quien falleció a los 94 años de edad, en el día de la fiesta de la Virgen de Andacollo, después de servir por 69 años como sacerdote en diferentes localidades de la Iglesia de La Serena.

El Padre Antonio, nació en Sotaquí en 1920, sus estudios los curso en Ovalle y pese a la muerte accidental de su padre (conocido comerciante de la zona) de la que el mismo fue testigo y la posterior enfermedad y muerte de su madre, logró ingresar al Seminario Conciliar de La Serena, con ayuda económica de sus tías que trabajaban como costureras y tejedoras, y el apoyo espiritual del párroco Presbítero José Felipe Jofré.


El 6 de marzo de 1944, fue ordenado sacerdote por el entonces Arzobispo de La Serena monseñor Alfredo Cifuentes Gómez. Cinco días después cantó solemnemente su primera misa en el salón parroquial de Sotaquí, debido a que el templo se encontraba en muy malas condiciones después del terremoto de 1943.


Don Antonio, quien pertenecía a la Orden Tercera de Santo Domingo, es quizás uno de los sacerdotes diocesanos que más parroquias ha tenido a su cargo en la Arquidiócesis de La Serena. Como párroco ejerció en Hurtado, Recoleta, Punitaqui, Vicuña en dos oportunidades, "El Sagrario" de La Serena", Combarbalá, "San Vicente Ferrer" de Ovalle, fue también capellán del Buen Pastor de esta ciudad y en Sotaquí.


Fue profesor de la sección eclesiástica del Seminario Conciliar de La Serena formando sacerdotes jóvenes. Igualmente ocupó el cargo de Rector del mismo establecimiento. Fue maestro de ceremonias en la Iglesia Catedral y se le considera entre sus pares un gran liturgista, predicador y organista. El año 1980 fue nombrado canónigo de la iglesia catedral, por su abnegada labor pastoral.


Como cura párroco fue también un restaurador de casas parroquiales e iglesias. En Combarbalá le correspondió luchar en contra del paganismo que se vivía en la Fiesta Religiosa de la Virgen de la Piedra, hasta darle un significado más litúrgico y conseguir la ley seca.


Siendo párroco de Vicuña, en 1991 tras internarse en el Hospital de Ovalle por una hernia, sufre una grave enfermedad y es traslado grave a la Clínica de Universidad Católica. Gracias a sus oraciones al Niño Dios de Sotaquí, al Padre Hurtado (que ocupó la misma sala donde él se encontraba) y a los esfuerzos médicos, logró salir con vida después de cinco intervenciones quirúrgicas. La ficha clínica del Padre Antonio es quizás una de las más estudiadas por médicos debido a que quizás el único que ha podido sobrevivir a esta patología, es por eso que los médicos de la clínica le pusieron con mucho cariño "Lázaro".


En 1993, después de tres años de convalecencia y notable mejoría de su salud el consejo de presbíteros de Arquidiócesis, decide trasladarlo a Sotaquí como vicario cooperador del entonces párroco Pbro. José Stegmeier y por sobre todo para que recuperara su salud junto a sus familiares.


En febrero de 1998, entrega la parroquia al Presbítero Wilson Alucema, por motivos de enfermedad, ejerciendo libremente su ministerio sacerdotal en su casa de la Población Fray Jorge de Ovalle, donde celebraba regularmente la Eucaristía acompañado de sus cercanos, amigos y vecinos.


Una de las frases más escuchas de parte de Padre Antonio Olivares, dice: "Si volviera a nacer, sin duda alguna sería nuevamente sacerdote".


Este viernes se celebrará una misa por su descanso en la Parroquia San Vicente Ferrer de Ovalle a las 10:30 horas y el sábado, en el Santuario del Niño Dios de Sotaqui, se despedirá a quien fuera hijo de esta comunidad católica, su sacerdote y párroco en distintas localidades de las provincias de Limarí y del Elqui.


Fuente: Comunicaciones La Serena



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