Una sociedad que no asume el valor de la familia compromete su futuro



Santa Fe (AICA): El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, estimó que “hoy se hace necesario valorar y acompañar la realidad de la familia como un bien de la humanidad”, al subrayar que “la familia no sólo pertenece al designio creador de Dios, es también el fundamento de la misma sociedad”. “Una sociedad que no asuma culturalmente el valor de la familia, como una responsabilidad en acompañar sus necesidades educativas, materiales y espirituales, me atrevería a decir que es una sociedad que compromete su futuro”, advirtió.

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, recordó que el Niño Jesús “nace en una familia. Dios, si cabe la expresión, tiende un puente hacia nosotros tomando piedras de nuestra orilla. Elige una mujer como madre y compromete la figura de un padre. Elige una familia y utiliza su simplicidad y belleza como lugar donde nace y crece su Hijo. Este hecho nos revela el designio de Dios que creó al hombre varón y mujer, y ha puesto en ellos el don del amor y la vida”.

El prelado estimó que “hoy se hace necesario valorar y acompañar la realidad de la familia como un bien de la humanidad. La familia no sólo pertenece al designio creador de Dios, es también el fundamento de la misma sociedad” y destacó que, “con razón, Benedicto XVI decía que de la salud y calidad de las relaciones familiares depende la salud y calidad de las mismas relaciones sociales".


“Hay una mutua correspondencia entre familia y sociedad. Reconocer este hecho es el comienzo de una madura actitud personal, social y política. Esto significa valorarla en su unidad y favorecerla en su vida y desarrollo. El riesgo es una extendida cultura individualista que nos aísla y no nos ayuda a crecer en nuestras relaciones sociales”, subrayó en su alocución semanal.


“La familia no es una yuxtaposición de individuos sino una nueva realidad, un nosotros que nos define como miembros desde su propia originalidad. Ella es nuestra primera escuela de vida afectiva y social a través de las relaciones de filiación, fraternidad y solidaridad”, agregó


El arzobispo santafesino sostuvo que “esta verdad debería ser asumida en primer lugar por los mismos padres que, desgraciadamente, muchas veces son los primeros ausentes. En alguna oportunidad dije con dolor, qué triste es ver chicos huérfanos de padres vivos. ¡Familia sé lo que eres! Era el estímulo y el reproche que el beato Juan Pablo II les dirigía a las familias. Pero también es necesaria la presencia de la sociedad con sus políticas sociales, culturales y educacionales”.


Asimismo, advirtió que “la familia no es un hecho privado, ella pertenece al ámbito de lo público por su trascendencia social. Ella necesita de un contexto cultural y económico que le permita realizarse”.


Por último, monseñor Arancedo citó las “claras” orientaciones sobre la familia de diversas instancias internacionales y aseguró que “una sociedad que no asuma culturalmente el valor de la familia, como una responsabilidad en acompañar sus necesidades educativas, materiales y espirituales, me atrevería a decir que es una sociedad que compromete su futuro”.+


Texto completo de la alocución



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