Chilenos y argentinos se volvieron a encontrar en el Cristo del Tromén








Tromén (Neuquén) (AICA): Chilenos y argentinos volvieron a encontrarse a los pies del Cristo del Tromén, para participar de la misa que hace sesenta y cinco años hermana a las dos naciones vecinas para compartir una misa especial en el paso fronterizo Mamuil Malal de Curarrehue. La celebración eucarística fue presidida por el obispo de Villarrica, monseñor Francisco Javier Stegmeier, y concelebrada por el obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli SCJ, quien destacó: ¨Es hermoso saber que en distintas partes de esta cordillera seguimos celebrando nuestra hermandad. Esto quiere decir que realmente las fronteras no las hizo Dios, sino la realidad humana. Somos una sola familia, familia de Dios. Celebremos siempre ser hermanos entre nosotros para que no haya cordilleras adentro que nos dividan¨.



Chilenos y argentinos volvieron a encontrarse a los pies del Cristo del Tromén, para participar de la misa que hace sesenta y cinco años hermana a las dos naciones vecinas para compartir una misa especial en el paso fronterizo Mamuil Malal de Curarrehue.

La celebración eucarística fue presidida por el obispo de Villarrica, monseñor Francisco Javier Stegmeier, quien agradeció la presencia de más de dos mil personas y a las parroquias chilena de Curarrehue y argentina de Junín de los Andes por la organización del encuentro.




Concelebró el obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli SCJ, quien destacó: "Es hermoso saber que en distintas partes de esta cordillera seguimos celebrando nuestra hermandad”.




“Esto quiere decir que realmente las fronteras no las hizo Dios, sino la realidad humana. Somos una sola familia, familia de Dios. Celebremos siempre ser hermanos entre nosotros para que no haya cordilleras adentro que nos dividan", subrayó.




Al finalizar la eucaristía, monseñor Stegmeier anunció que a partir de ahora la celebración de la Eucaristía en el Cristo del Tromén se realizará el primer domingo de marzo de cada año.




La misa y encuentro en el paso fronterizo surgió por iniciativa del padre Francisco Subercaseaux, capuchino, quien era párroco de Pucón y misionero en la zona de la Araucanía chilena aledaña a su parroquia.




El Cristo Crucificado de Tromén fue bendecido el 26 de febrero de 1950.




El sacerdote y luego obispo fue el responsable de la obra, cuyo objetivo fue reflejar su voluntad de contribuir al fortalecimiento de las relaciones de paz entre Chile y la Argentina, que en ese tiempo estaban inmersos en disputas limítrofes.




Desde entonces, las comunidades de Junín de los Andes, Curarrehue, Pucón y Villarrica, se reúnen para rezar por la paz y recordar a aquel sacerdote pionero.




“La única vez que el encuentro no pudo realizarse fue en 2010, a raíz del terremoto que asoló al país trasandino. Sin embargo, ambos pueblos continuamos incluyendo ese sexagésimo encuentro en nuestras memorias ya que no ocurrió físicamente, pero sí lo hicimos espiritualmente”, recordó el diácono Fernando Javier Gómez, de la parroquia Nuestra Señora de las Nieves, de Junín de los Andes.+







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