En el prefacio, el Papa Francisco se dirigió a los jóvenes para advertirles que “la enfermedad más grave no es la lepra o la tuberculosis, sino la soledad”, la cual es “la causa de tantos desórdenes, divisiones y guerras que hoy nos afligen”.
El Santo Padre resumió su reflexión sobre el texto en cinco palabras: oración, caridad, obras de misericordia, familia y juventud.
1. Oración
“La Madre Teresa nos invita incansablemente a recurrir a la fuente del Amor, Jesús crucificado y resucitado”, recordó el Santo Padre.
Afirmó que ello nos debe dar “la fuerza de socorrerlo en los más pobres entre los pobres, con el corazón lleno de alegría”.
El Papa también dio a los jóvenes un consejo importante para convertir su trabajo diario en oración siguiendo el ejemplo de la Madre Teresa: iniciar la “jornada participando de la Santa Misa” y, como ella, terminarla “con la adoración a Jesús Sacramento”.
2. Caridad
Esta segunda palabra, indicó Francisco, “significa hacerse próximos a las periferias de los hombres y de las mujeres que encontramos cada día” acogiendo sus necesidades y heridas con el corazón y así, de esta manera, “hacerse testigos de la caricia de Dios para cada herida humana”.
Con ello serán capaces de “ofrecer lo que las personas necesitan” realmente, es decir, “la presencia y cercanía de Dios misericordioso”, aseguró el Papa.
3. Obra de Misericordia
En esta tercera palabra, el Santo Padre hace un llamado a “hacerse cargo de todos y cada uno de los hombres”.
El Papa exhortó a seguir el ejemplo de la Madre Teresa, la cual “hizo de esta página del Evangelio la guía de su vida, el camino hacia la santidad, y podría serlo también para nosotros”.
4. Familia
El Papa Francisco compartió una frase de la Madre Teresa y pidió tenerla en cuenta siempre: “las madres son el corazón de la casa y son ellas quienes forman a la familia”.
Así, destacó la siguiente reflexión de la futura Santa: “a veces ser madre puede ser una experiencia verdaderamente ardua, puede ser una cruz, pero tenemos con nosotros a la Virgen, la mejor de las madres, que siempre nos enseña a ser tiernas con nuestros hijos”.
El Pontífice resaltó luego que “en ninguna otra situación de la vida es posible vivir todo lo que se vive en una familia. Y la Madre Teresa, en una de las respuestas de los encuentros presentados en este libro, nos dice: ‘ustedes deben convertirse cada vez más en la alegría y el consuelo de Dios, alentando la oración en sus familias. La familia tiene necesidad de amor, comunión y arduo trabajo. Y este será el don más grande que pueden ofrecer a la Iglesia’”.
5. Juventud
Para finalizar, el Papa Francisco exhortó a los jóvenes a permanecer en el Señor y amarse como Dios los ama, siendo “constructores de puentes para superar la lógica de la división, del rechazo, del miedo de los unos por los otros”.
Además los invitó a ponerse “al servicio de los pobres”, para que así “afronten con coraje la vida que es don de Dios”.
El Papa también alentó a las nuevas generaciones a “¡volar alto, como el águila que es símbolo del país de origen de la Madre Teresa!”. Para ello los invita a “nutrirse asiduamente de la Palabra de Dios con el corazón mirando a Cristo, al Evangelio, al encuentro con Dios, al diálogo entre ustedes para ofrecer un testimonio al mundo entero”.
“Los bendigo con afecto. Auguro que estas páginas hagan bien a sus corazones como han hecho bien al mío, mientras invoco la paz y la misericordia en sus casas, en sus familias, en sus vidas. Invocamos la paz y la misericordia de Dios para todo el mundo, por la intercesión de la Madre Teresa”, concluyó.
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