En medio de un mundo en que la paz entre los seres humanos y entre los pueblos es cada vez más débil y efímera, el Niño nos enseña desde su Cátedra, que sólo quienes los reconocen como Señor de la historia, pueden comprender que la verdadera paz procede de aceptar las enseñanzas de Dios, por medio de su Hijo Jesucristo. El Emmanuel es Dios con nosotros, que quiere que toda nuestra vida, nuestros afanes nobles y nuestros empeños de servicio, sean siempre movidos por el Amor a Dios y al prójimo, especialmente a los más necesitados.
Miremos con atención al Niño en el portal y dejemos que Él nos mire desde su humilde pesebre. Tú le dirás cosas dulces y encendidas y Él te responderá con dones y gracias que ninguno puede imaginar. Adóralo reverente, y como los pastores y los sabios que lo visitan, acércate con la humildad de la carne pecadora, al que siendo sólo Santidad, quiso asumir nuestra débil naturaleza.
Deseo a todos una Santa y Feliz Navidad junto a su familia y a los seres queridos".
+ Juan Ignacio González Errázuriz
Obispo de San Bernardo
Fuente: Comunicaciones San Bernardo
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