En ese sentido, el Sínodo de los Obispos –informó Radio Vaticana-, invita a las Iglesias particulares, a las comunidades parroquiales, los institutos de vida consagrada, las asociaciones y movimientos a orar en las Misas y otras celebraciones litúrgicas los días previos y durante los trabajos de la tercera Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos.
En Roma, cada día se orará en la Capilla de la Salus Populi Romani de la Basílica de Santa María la Mayor, donde los fieles podrán unir su oración personal a esta intención. Así, los obispos recomiendan rezar el Santo Rosario por los trabajos del Sínodo.
Asimismo, se informó que en los próximos días se publicará en varios idiomas un breve subsidio por parte de la Secretaría del Sínodo de los Obispos y que incluye la oración compuesta por el Papa Francisco con ocasión del Domingo de la Sagrada Familia celebrado el 29 de diciembre pasado.
En esta oración el Santo Padre pide que las familias sean “lugares de comunión” donde nunca más se experimente la violencia y la división; y que “cualquiera que haya sido herido u ofendido conozca pronto la consolación y la sanación”. Además, pide a la Sagrada Familia para que en el próximo Sínodo se vuelva a despertar en todos “la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia, su belleza en el proyecto de Dios”.
La oración del Papa Francisco a la Sagrada Familia es la siguiente:
“Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con confianza.
Sagrada Familia de Nazaret,
haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Sagrada Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división:
que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.
Sagrada Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén”.
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