“La Iglesia es Madre y como todas las madres sabe acompañar al hijo necesitado, levantar al hijo caído, curar al enfermo, buscar al perdido y sacudir al dormido, así como defender a los hijos indefensos y perseguidos”, afirmó el Papa al término de la Audiencia General.
“Hoy quisiera asegurarles, especialmente a estos últimos, la cercanía: están en el corazón de la Iglesia; la Iglesia sufre con ustedes y se honra con ustedes; ustedes son su fortaleza y su testimonio concreto y auténtico de su mensaje de salvación, de perdón y de amor. ¡El Señor los bendiga y proteja!”, expresó desde la Plaza de San Pedro.
El Papa sigue de cerca lo que sucede con los cristianos y otras minorías perseguidas en Irak y Siria. Con el fin de atenderlos, envío del 12 al 20 de agosto al Cardenal Fernando Filoni para que visite Erbil -capital del Kurdista-, donde permanecen refugiados unos 70.000 cristianos. Durante su visita, el Purpurado entregó de parte del Santo Padre un millón de dólares como ayuda para los fieles y las otras minorías que huyen del ISIS.
Asimismo, el Papa ha exhortado a la comunidad internacional a detener al Estado Islámico, el “injusto agresor” que sigue persiguiendo y asesinando a todo el que no comparte su visión o se niega a convertirse al Islam.
Asimismo, el 10 de agosto, tras el rezo del Ángelus, Francisco condenó los asesinatos y expulsiones de miles de cristianos. “Niños que mueren de sed y de hambre durante la fuga; mujeres secuestradas; personas masacradas; violencias de todo tipo; destrucción por todas partes, de casas, de patrimonios religiosos, históricos y culturales”, denunció.
“¡Todo esto ofende gravemente a Dios y a la humanidad. ¡No se odia en nombre de Dios! ¡No se hace la guerra en nombre de Dios! Todos nosotros pensando en esta situación, en esta gente, recemos en silencio”, exhortó.
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