Ciudad del Vaticano
Una visita para confirmar el aprecio ya mostrado al ex Comandante de la Gendarmería y especialmente a su familia. Así lo hizo el Papa Francisco la tarde de este martes 15 de octubre, al final de la sesión vespertina del Sínodo sobre el Amazonas, cuando se dirigió a la casa de Domenico Giani dentro de los muros Vaticanos y pasó mucho tiempo con su esposa y su hija. El hijo vive en los Estados Unidos.
El lunes, en el comunicado de prensa de la Santa Sede en el que se anunciaba la dimisión de Giani, se recordaba que el Papa había «expresado su aprecio por este gesto, reconociendo en él una expresión de libertad y sensibilidad institucional, que vuelve a honrar a la persona y al servicio prestado con humildad y discreción al Ministerio Petrino y a la Santa Sede».
Como es bien sabido, el ex Comandante de la Gendarmería había tomado esta decisión al asumir la responsabilidad objetiva de la filtración de información que condujo el pasado 2 de octubre a la distribución de una nota de servicio interno con fotografías de cinco empleados de la Santa Sede suspendidos del servicio.
En el comunicado de la Oficina de Prensa se afirmaba que «el Comandante Giani, aunque no teniendo ninguna responsabilidad subjetiva en la materia, ha puesto su mandato en manos del Santo Padre, en un espíritu de amor y fidelidad a la Iglesia y al Sucesor de Pedro».
En la visita vespertina a la casa de Giani, al final del primer día como ex Comandante, el Santo Padre volvió a utilizar palabras claras por el ejemplo dado al Cuerpo de Gendarmería y no sólo en los veinte años que pasó al servicio de tres Papas.
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