No hay que confundir la armonía que reina en una comunidad cristiana,
fruto del Espíritu Santo, con la “tranquilidad” negociada que, con
frecuencia cubre y de modo hipócrita, los contrastes y las divisiones
internas. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa celebrada
este 5 de abril en Casa Santa Martha. Una comunidad unida en Cristo –
dijo el Santo Padre – es también una comunidad valerosa. Un corazón
solo, una sola alma, ningún pobre, bienes distribuidos según las
necesidades. Hay una palabra que puede sintetizar los sentimientos y el
estilo
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