“A pesar de nuestra profunda tristeza, perdonamos a los perpetradores de los crímenes y oramos por los culpables y organizadores de estos actos horribles: que el Señor ilumine sus mentes”, dijo a la agencia vaticana Fides el párroco de la iglesia María Inmaculada, P. Alejo Kurda Irianto.
La primera explosión ocurrió en la iglesia María Inmaculada alrededor de las 7:30 a.m. La segunda sucedió frente a una iglesia pentecostal y la tercera frente a la Iglesia de Cristo (anglicana). Además, el lunes 14 hubo un ataque contra una estación de policía.
Según el jefe de la policía local, Tito Karnavian, “los autores de los ataques contra las iglesias son todos miembros de la misma familia: padre, madre, dos hijos y dos hijas, involucrados en el ataque. Hemos identificado al grupo Jemaah Ansharut Daulah (JAD) como el organizador del atentado”. Los atentados fueron reivindicados por los terroristas del Estado Islámico.
El P. Kurda dijo que entre las tres víctimas católicas está Aloysius Bayu, un joven que se acababa de casar y que era coordinador del servicio de seguridad de la parroquia.
“Ha muerto para bloquear la moto de los dos kamikazes, de lo contrario la explosión habría causado un número de víctimas enorme”, explicó el sacerdote.
Añadió que después del atentado “los católicos en la Diócesis de Surabaya, y en particular, los feligreses de la Inmaculada Concepción viven un profundo dolor, pero la Iglesia Católica no tiene miedo del terror”.
El sacerdote rechazó “todas las formas de violencia, porque son incompatibles con la dignidad de la vida humana y se oponen a cualquier enseñanza religiosa”.
El P. Kurda alentó a los fieles a permanecer “vigilantes y no se dejen provocar por amenazas o violencia y continúen realizando buenos actos de amor hacia cualquiera, de acuerdo con el Evangelio enseñado por el Señor Jesús”.
“Hoy, aunque sufrimos y estamos de luto, estamos llamados a donar nuestro perdón sincero: este es el camino hacia un futuro próspero de la nación indonesia” concluyó.
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