En el día de su cumpleaños Francisco pide que el Señor escriba nuestra historia
Ciudad del Vaticano (AICA): “Dios nunca nos deja solos, siempre camina con nosotros”, con estas palabras el Santo Padre comenzó a explicar el Evangelio de hoy, martes 17 de diciembre, -día en que el Pontífice celebra su cumpleaños número 77-, durante su homilía en la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. El Pontífice quiso celebrar la Eucaristía rodeado del personal que trabaja en la Casa lo que dio un clima familiar y sencillo a la celebración. El texto del Evangelio es aquel en el que el evangelista se centra en la genealogía de Jesús, y el Pontífice se detuvo en explicar la presencia del Señor en nuestra vida.
“Una vez oí que alguien decía: ‘¡Esta cita del Evangelio parece la guía telefónica!’ Y no, es otra cosa: esta cita del Evangelio es historia y tiene un argumento importante. Es pura historia porque como decía San León papa, Dios envió a su Hijo. Y Jesús es consustancial al Padre Dios, pero también consustancial a la Madre, una mujer. Y esta es la consustancialidad de la Madre. Dios se hizo historia. Dios se ha querido hacer historia. Está con nosotros. Ha hecho el camino con nosotros”.
Después del primer pecado en el paraíso, continúo el Pontífice, “Él tuvo esta idea: hacer el camino con nosotros”. Ha llamado a Abraham, “el primer nombrado en esa lista” y “lo invitó a caminar”. Y Abraham “comenzó ese camino”. Después Isaac, Jacob, Judá. “Así va este camino en la historia”.
Dios, señaló el Papa, “camina con su pueblo. Dios no quiso venir a salvarnos sin historia. Él quiso hacerse historia con nosotros”. Una historia, destacó, que “va de la santidad al pecado. En esta lista hay santos, pero también hay pecadores”.
“Los pecadores de alto nivel, los que hicieron pecados gordos. Dios hizo historia con ellos. Pecadores que no respondieron a todo lo que Dios pensaba para ellos. Pensemos en Salomón, tan grande, tan inteligente y terminó, ¡pobrecillo! Sin saber cómo se llamaba. Pero Dios estaba con él. Esto es bello ¿no? Dios es consustancial a nosotros. Hace historia con nosotros. Es más: cuando Dios quiere decir quién es, dice: ‘Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob’. ¿Pero cuál es el apellido de Dios? Somos nosotros, cada uno de nosotros. Él toma de nosotros el nombre para convertirlo en su apellido. ‘Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Pedro, de Marietta, de Armony, de Marisa, de Simón, ¡de todos!’ De nosotros toma el apellido. El apellido de Dios es cada uno de nosotros”.
“Él, nuestro Dios -añadió- hizo historia con nosotros, tomó el apellido de nuestro nombre”, “se dejó escribir la historia por nosotros”. “Nosotros, dijo, escribimos esta historia de gracia y pecado y él va detrás de nosotros”. Esta, señaló, “es la humildad de Dios, la paciencia de Dios, el amor de Dios. ¡Es nuestro!” Y esto, confió, nos conmueve. “Tanto amor, tanta ternura, tener un Dios así”:
“Su alegría fue compartir su vida con nosotros. El Libro de la Sabiduría dice que la alegría del Señor está entre los hijos del hombre, con nosotros. Acercándose la Navidad, da que pensar: si Él se hizo historia con nosotros, si tomó su apellido de nosotros, si Él quiso que nosotros escribiésemos su historia, al menos, dejemos nosotros, que Él escriba nuestra historia. Esta es la santidad: ‘Dejar que el Señor escriba nuestra historia’. Esta es la esperanza de Navidad para todos nosotros. Que el Señor te escriba la historia y que tú dejes que te la escriba. ¡Así sea!”.+
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