He estado haciendo mi retiro espiritual anual desde el pasado lunes por la noche hasta hoy sábado por la mañana. Sí, no todo en mi vida es probar un nuevo tipo de sushi o ver el estreno de Ave César. Dígamos que en mí también hay otra faceta, una faceta más al estilo de Marcelino, Pan y vino.
Había yo querído ir al retiro diocesano de sacerdotes. Pero se me adelantó el otro capellán del hospital: ¿Me sustituyes mientras me voy de retiro?Justo en ese momento pensé: Pero si te lo iba a pedir yo en esta misma conversación. Pero, bueno que soy –porque soy bueno; bueno de verdad- le dije: Sin problema.
Tampoco había mucho problema, había una segunda tanda dos meses después. Pero he aquí que, según vi en el calendario, esa segunda tanda coincidía con mi viaje a Houston. Aun así pensé en hacer con mis compañeros la mitad del retiro. Pero tampoco pudo ser, por cuestiones de agenda del hospital.
Fue así como un sacerdote de la diócesis (omitiré su nombre, pues no menciono a nadie sin consultárselo antes) me dijo si me quería venir al retiro del Opus Dei de después de Pascua.
Y allí que me fui. Los post que seguirán serán un completo recorrido a lo largo de ese periodo de mi vida que va desde el lunes al sábado. Un recorrido a través de su gastronomía, predicaciones, silencios, paseos, lecturas, confidencias en pasillos y otras aventuras que trataré de contaros con la mayor fidelidad posible.
Eso sí, ya os adelanto que nunca he sentido vocación al Opus Dei y que yendo por primera vez después de tantos años a este retiro organizado por ellos, yo creo que unos diez, he comprobado una vez más que mi vocación a la Obra es casi la misma que al Camino Neocatecumenal, a la orden cartujana o a los padres blancos, eximia congregación de misioneros de África, pero que la veo y admiro según el viejo refrán de agua que no has de beber, déjala correr. Claramente veo que mi vocación es la diocesana y sólo la diocesana.
La foto es del oratorio donde rezábamos y escuchábamos las predicaciones. La cocina estaba al lado del oratorio y creo que fue allí donde gané un kilo más. O rezar mucho engorda, o fue al lado del oratorio.
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