El primer Papa latinoamericano de la historia fue ordenado en diciembre de 1969 y después continuó su formación en España entre 1970 y 1971. Tras estudiar en Alcalá de Henares, cerca de Madrid, regresó a la Argentina y dos años más tarde realizó su profesión perpetua como jesuita.
El 22 de abril es una fecha tradicional en que los jesuitas pronuncian votos definitivos tras concluir su formación religiosa, pues ese día, en 1542, San Ignacio de Loyola –fundador de la Compañía de Jesús– y sus primeros compañeros pronunciaron en Roma su profesión solemne después de que el Papa Pablo III aprobase la nueva orden.
Precisamente, este momento sucedió en la Basílica de San Pablo Extramuros de Roma (en aquel tiempo era la Basílica Papal puesto que San Pedro aún se hallaba en construcción) ante la imagen de la Virgen donde el Papa Francisco rezó al final de la Misa durante su primera visita a la Basílica el domingo 14 de abril de 2013. Una semana antes había tomado posesión como Obispo de Roma en San Pedro.
Luego de su profesión perpetua, el entonces P. Bergoglio regresó a Argentina en 1973 como maestro de novicios en Villa Barilari, en la localidad de San Miguel, donde también ejerció de profesor de la Facultad de Teología, consultor provincial de la Orden y Decano del Colegio.
El 31 de julio de ese año fue elegido Provincial de los jesuitas en Argentina. Tenía entonces 37 años.
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