El Papa pide junto a los caldeos de Georgia por la paz en Siria e Irak

(Cfr. www.alfayomega.es)

El Papa pide, junto a los cristianos caldeos en Georgia, la paz para Irak y Siria

 Foto: AP

El Papa Francisco se encontró este viernes con 13 obispos caldeos de Irak y con la comunidad asirio-católica de Georgia. «Señor Jesús, extiende la sombra de tu cruz sobre los pueblos en guerra: que aprendan el camino de la reconciliación», pidió. Antes, durante su encuentro con el patriarca ortodoxo georgiano Elías II, animó a la Iglesia de este país, una de las más rígidas, a «dar un renovado impulso a los lazos que nos unen»

El Francisco aprovechó hoy su viaje a Georgia para clamar contra la devastación de Siria e Irak en una oración que pronunció en la iglesia de San Simeón Bar Sabbae, dedicada al culto de los católicos asirios-caldeos, que viven una brutal persecución en esos países. Francisco se convirtió así en el primer pontífice que entra en una iglesia asirio-caldea y desde allí, en forma de oración, dijo «basta» a la «devastación de Siria e Irak».

Francisco llegó hoy a Georgia, donde permanecerá hasta mañana, para el domingo viajar a Azerbaiyán, y durante la jornada se entrevistó con el presidente, Giorgi Margvelashvili, y con el patriarca ortodoxo, Elías II.

Aunque el viaje a la antigua república soviética tiene un marcado carácter ecuménico, Francisco no dejó pasar la ocasión de mostrar su cercanía a los católicos, sobre todos aquellos como los caldeos que viven perseguidos en Irak o Siria. En Georgia viven unos 10.000 caldeos y asirios, que llegaron al Caucaso en diferentes migraciones y que conviven en total armonía con la mayoría ortodoxa.
300 fieles cantando en la lengua de Jesús

Francisco entró en el pequeño templo entre cánticos en arameo, el idioma de los judíos en época de Jesús que siguen usando los caldeos. Lo esperaban unos 300 fieles. A su lado estaba el patriarca de Babilonia de los caldeos, Luis Rafael I Sako. Lo acompañaban otros 12 obispos caldeos iraquíes que llegaban desde Erbil, en el norte de Irak, donde han celebrado su Sínodo la semana pasada.

Los obispos han querido viajar hasta Georgia para manifestar al Papa la dramática situación de los cristianos en Irak, donde muchas ciudades han sido tomadas por el Estado Islámico, que ha destruido los templos y asesinado y encarcelado a los cristianos. «El Papa no puede venir a visitarnos por la situación difícil y dramática que estamos viviendo, así que seremos nosotros los que iremos hasta él», había dicho hace unos días el patriarca de Sako. Con todo, el patriarca no pierde la esperanza y ha vuelto a invitar al Papa a ir a Irak cuando sea posible. «Necesitamos su presencia y su apoyo».
Recuerdo a los niños, los perseguidos y los refugiados

Las únicas palabras del Papa fueron una oración en italiano: «Señor Jesús, extiende la sombra de tu cruz sobre los pueblos en guerra: que aprendan el camino de la reconciliación, del diálogo y del perdón; haz experimentar el gozo de tu resurrección a los pueblos desfallecidos por las bombas: arranca de la devastación a Irak y Siria».

El Papa encomendó especialmente «los sufrimientos de tantas víctimas inocentes: los niños, los ancianos, los cristianos perseguidos», y también «quienes viven en la incertidumbre: los exiliados, los refugiados y quienes han perdido el gusto por la vida». «Reúne bajo la dulzura de tu realeza –continuó– a tus hijos dispersos: sostén a los cristianos de la diáspora y concédeles la unidad de la fe y del amor», imploró. En el exterior de la Iglesia, el Papa Francisco, rodeado de fieles, liberó una paloma como deseo de que llegue la paz.

«Que las dificultades no sean obstáculo»
Con anterioridad, el Papa argentino se reunió con el patriarca ortodoxo, en un nuevo acto de acercamiento entre las dos Iglesias, y que incluso fue considerado «histórico» por Elias II. El acto tiene especial relevancia puesto que la Iglesia ortodoxa georgiana, especialmente rígida y conservadora, es la única que se negó a aprobar el documento de Chieti. En este texto, aprobado la semana pasada, la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa recoge una visión común de cómo vivía la Iglesia todavía unida del primer milenio el primado y la sinodalidad.

En este contexto, el pontífice animó a la Iglesia ortodoxa a dar un impulso a la unidad entre los cristianos y eliminar los obstáculos ante un mundo «sediento de paz». Este mundo «nos pide que se dé un nuevo impulso, un renovado fervor a los lazos que nos unen, signo elocuente de los cuales es el beso de la paz y nuestro abrazo fraternal», invitó Francisco al patriarca ortodoxo.
«Que las dificultades no sean un obstáculo, sino un estímulo que nos ayude a conocernos mejor», dijo Francisco en su discurso en el que instó a trazar puentes a los ortodoxos georgianos.

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