El P. De Santics falleció el pasado 12 de julio, el día en que cumplió 75 años de ordenación. Un día antes había celebrado este aniversario junto al Obispo de Anagni-Alatri, Mons. Lorenzo Loppa y unos diez sacerdotes en un pequeño pueblo de la provincia de Frosinone, a unos tres mil metros de altura.
“Agradezco de corazón a todos ustedes, pero sobre todo agradezco al Señor que me dio la posibilidad de servirlo por 75 años”, expresó ese sábado.
Quienes lo conocieron destacaron siempre su sencillez, como el hecho de que siempre rechazó que lo llamaran “monseñor”.
El P. De Sanctis nació en 1918 y fue ordenado el 12 de julio de 1942 en su pueblo natal de Vallepietra en la Diócesis de Anagni, sin embargo a los seis días fue enviado a Filettino, “donde era párroco mi tío, don Filippo. Pocos meses después tomé su puesto. Desde entonces nunca he dejado este pueblo. Y aquí, cuando Dios quiera, quiero morir, entre mi gente”.
Durante todos esos años la Iglesia ha sido guiada por los Papas Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
De todos ellos, conoció a Pío XI a los 13 años cuando era seminarista en el Seminario Menor, luego conoció al Beato Pablo VI, San Juan Pablo II con quien se encontró varias veces, también conoció a Benedicto XVI y a Francisco.
Según informó el diario italiano, el P. De Sanctis indicó una vez que “no sé si soy el párroco más anciano de Italia, pero sé que, hasta cuando las fuerzas me sostengan, es esto lo que haré”.
En ese sentido, nunca pensó en retirarse. “Podría hacerlo a los 75 años, pero no lo he ni siquiera pensado. El obispo Loppa, que me quiere tanto, me dice siempre que haga lo que puedo. Y yo lo hago”, expresó.
En los años que sirvió como sacerdote, los más difíciles fueron aquellos de la Segunda Guerra Mundial durante la ocupación nazi, cuando arriesgaba su vida escondiendo a los partisanos y a los soldados aliados.
Sobre Francisco, el P. De Sanctis afirmó que “es un buen Papa para una buena época, con un gran carisma… Bergoglio no es un Papa revolucionario, es alguien que sabe ser el vicario de Cristo en la Tierra, que conoce a fondo las miserias y las debilidades humanas, más que cualquier otro”.
Su funeral fue celebrado en su parroquia, la iglesia de Santa María Asunta, al que asistieron cientos de fieles.
Mons. Loppa afirmó que “de nuestra parte, más que llorar, junto a las lágrimas debemos agradecer a Dios por el don de este sacerdote, por el don de su servicio, de su ministerio”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 13 de julio de 2015
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