Rebeca Ortega Camacho
El lunes 17 de julio, la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús celebró una Misa en honor al tricentenario luctuoso del Padre Juan María de Salvatierra y Visconti, religioso jesuita, padre fundador de la Misión de nuestra Señora de Loreto Conchó, considerada como “Cabeza y Madre de las Misiones de la Alta y Baja California”. Además, fue fundador del primer asentamiento español que prosperó en las Californias.
“La vida y el recuerdo de Juan María Salvatierra, quien hace 300 años, de alguna manera, como muchos que se han hecho esclavos del mensaje de Jesucristo, proyectó el deseo de servir, en varias partes del país, en la Sierra Tarahumara, en la Baja California; aunque eran difíciles los medios para sobrevivir. Salvatierra, como muchos, intentó dar, entregar, querer; salvar la vida para muchos. Salvatierra como tantos de nosotros, son la esperanza, tuvo fe para seguir y ser fiel a uno mismo”, dijo el Presbítero Arturo Reynoso Bolaños, SJ, durante su homilía.
La Celebración fue presidida por el Padre Alejandro Cancino, SJ, Maestro de novicios de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús; y concelebrada por el Presbítero Arturo Reynoso Bolaños, SJ, Jefe del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO. Además, del Canónigo Fernando Lugo Serrano, Capellán de San Felipe Neri, el Padre Tomás de Híjar Ornelas, Cronista de la Arquidiócesis de Guadalajara, sacerdotes y novicios de la Compañía de Jesús.
La Eucaristía se llevó a cabo en el Templo de San Felipe Neri, lugar donde descansan los restos del honorable civilizador que falleció el 17 de julio de 1717, a la edad de 69 años, en Guadalajara, Jalisco.
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