Lupita:
Me siento vacía y desmotivada. Aparentemente mi vida es linda porque tengo todo lo que materialmente necesito, pero algo me falta y me desespero. No tengo novio, soy difícil de carácter. Creo que estoy en depresión. Quisiera salir de esto, por favor, una orientación.
Karen J.
Estimada en Cristo, Karen:
En condiciones normales, una jovencita universitaria vive con ilusión y se desempeña con alegría. Si no es así es importante hacerse un chequeo médico y actuar en consecuencia. Puedes tener una depresión como dices, o tal vez un desorden de tipo hormonal o algo con referencia al funcionamiento de la tiroides. Descartando esto, queda la falta de sentido.
San Juan Pablo II nos compartió siete principios para encontrar el sentido de nuestras vidas:
1) Decídete a ser protagonista de tu vida y abandona la posición de víctima. Es un hecho que todo hombre puede enfrentar sus retos si elige luchar por lo mejor para sí mismo y para los demás.
2) Establece con claridad cuáles son tus valores y sé congruente con ellos. Elige lo que alimenta tu alma y aléjate de lo vano y superficial.
3) En los buenos y malos momentos de tu vida, encuentra un significado.
4) Nunca trabajes contra ti mismo. Da lo mejor de ti cada día y no te aferres a que las cosas sean como tú lo determinas.
5) Aprende a reír de ti mismo. Mírate a distancia y des-dramatiza.
6) Busca siempre la parte positiva en todo. Cada error puede ser un gran maestro.
7) Sal de ti mismo. Encuentra las necesidades de los demás y sé servicial.
Todos hemos sido creados para amar, este es el sentido de la existencia humana, y la única forma de convencernos de ello es: ¡amando!
Para prevenir la depresión, es necesario AMAR. Arranquemos de raíz todos los males emocionales que nos invaden. ¡Amar a nuestros hijos!, darles nuestro tiempo, supervisión, cariño, diálogo, consejos. No es dinero lo que necesitan, nos necesitan a nosotros.
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