Hnas. del Buen Samaritano: 35 años de servir con alegría

Entre la solemnidad y la acogida de todas las hermanas, el sábado 14 de diciembre se realizó la Eucaristía en el templo parroquial de Molina, presidida por el Nuncio Apostólico Ivo Scapolo y concelebrada por el obispo de Talca monseñor Horacio Valenzuela Abarca.

La madre Irene García, Superiora General y fundadora de la congregación dio la bienvenida a esta Eucaristía recordando el sí que le dieron al Señor hace 35 años. “Todos conocen nuestra historia –agregó—y todos conocen que nosotros queremos hacer vida en nosotros y en todos los que nos rodean la parábola del Buen Samaritano. Para nosotros es el día que más nos ha favorecido para poder atender a tantos y tantos pobres que han llegado a nuestra casa”.


La religiosa agradeció y animó a todas las personas presentes a “pedirle al Señor que nos proteja a todos, nos consuele y nos dé la gracia suficiente para seguir amándole en aquellos que lo necesitan”.


En su mensaje, monseñor Scapolo dijo que celebrar 35 años de existencia del instituto de las Hermanas del Buen Samaritano es momento de fiesta para toda la Iglesia, “porque es una obra que Dios ha iniciado, mediante su Espíritu, está llevando adelante el bien a los más necesitados, desolados, enfermos, olvidados y marginados”.


El Nuncio destacó que la parábola del Buen Samaritano nos presenta lo que significa el amor al prójimo, lo que hemos llamado un pagano, casi un enemigo del cual tenía que desconfiar, él ha sido el ejemplo de un verdadero amor al prójimo ayudando a esta persona que había sido víctima de los salteadores. Esta parábola nos recuerda una verdad muy importante, sobre cuál es la fuente del amor. Es una gracia o una conquista.


Asimismo, añoró que “en la historia de la Iglesia tenemos ejemplos muy bellos de amor, de servicio a los más necesitados, aquí en Chile hemos tenido al padre Alberto Hurtado, a la madre Irene, ¿y qué ha pasado en el corazón de estas personas? ¿El Samaritano ha tenido más amor que otros? se preguntó el Nuncio. “Es Dios quien pone en el corazón de algunas personas el don de amor, es una virtud teologal, significa que viene de Dios, el Señor pone este don en el corazón de algunas personas con más intensidad, cantidad, lo que también es una mayor responsabilidad”, aclaró.


En este sentido, monseñor Scapolo dijo que cada uno tiene que reconocer que es objeto de la acción del Espíritu Santo, y por eso pidió en esta Misa que nos dé a todos “el don de una renovada esperanza y fe, que nos permita transformar nuestros sufrimientos y los sufrimientos de nuestros hermanos en una fuente de gracias y bendiciones para toda la Iglesia”.


En las ofrendas, el pan y el vino fueron presentados por algunos enfermos del hospital.


En la acción de gracias, monseñor Horacio Valenzuela, nuestro obispo diocesano, hizo referencia al canto de comunión titulado pan de los ángeles, que es pan del amor de Dios para nosotros. “Este pan del amor de Dios, ha encontrado una casa en el Buen Samaritano y ese amor de Dios es repartido abundantemente como un pan a tanta gente que tiene hambre de consuelo, de cercanía, de sentirse importante para los demás”.


“El Cristo pan de los ángeles -acotó el obispo de Talca- que gracias al amor testimoniado del Buen Samaritano se ha hecho pan para tantos hambrientos, especialmente hambrientos de amor, porque esa es la principal hambre que padecemos, y porque esa es la principal obra del Buen Samaritano”.


El pastor agradeció a Dios por la intrepidez de la madre Irene y de sus compañeras Eloísa y Purificación, quienes decidieron comenzar este camino sin nada, porque así se comienzan los caminos de Dios, sin nada, para conseguirlo todo.


Culminada la Eucaristía el Intendente Regional, Rodrigo Galilea, manifestó la alegría de tener a las religiosas en la Región del Maule, y en Molina porque ellas alumbran todos los otros lugares. “Creo que todos queremos ayudar, ya sea monetariamente, enviando alimentos o venir a ofrecerse como voluntario, como muchos lo hacen desde el extranjero, desde Santiago, de muchos lugares. Agradezco mucho que están presentes en nuestra Región”.


Luego, se realizó un acto en el Teatro Municipal de Molina donde la alcaldesa, Priscila Letelier, también manifestó sus agradecimientos por tener la congregación en Molina y se comprometió a ayudar a esta gran obra, solicitando el apoyo de todas las autoridades presentes.


En la Eucaristía y el acto estuvieron presentes el Intendente de la Región del Maule, Rodrigo Galilea, el rector de la Universidad de Talca, Álvaro Rojas, ex alcaldes de la comuna y benefactores de la institución.


Fuente: Comunicaciones Talca



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