Aperturas de las puertas santas e inicio del Año de la Misericordia en las diócesis
En sus homilías, los obispos citaron la bula Misericordiae vultus y alentaron a las comunidades diocesanas a practicar las obras de misericordia corporales y espirituales, sobre todo ayudando a quienes padecen este tipo de necesidades.
Mons. José María Arancedo (Santa Fe de la Vera Cruz): “Lo importante es no quedarnos como espectadores de algo admirable pero inalcanzable, sino descubrirnos como destinatarios de una palabra que busca mi corazón para transformarlo... ¡Qué triste la imagen de una fe que no se la puede ver en el testimonio de la caridad!”.
Mons. Juan Alberto Puiggari (Paraná): El tema de la misericordia exige ser propuesto, una vez más, con entusiasmo y una renovada acción pastoral. Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio, que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y para motivarlos a encontrar el camino de vuelta al Padre. Que la Virgen María, nos ayude a vivir este Año Jubilar con misericordia”.
Mons. Héctor Aguer (La Plata): "Como escribió el papa Francisco, es triste constatar cómo la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más. Incluso la palabra misma en algunos momentos parece evaporarse. Sin el testimonio del perdón, sin embargo, queda solo una vida infecunda y estéril, como si se viviese en un desierto desolado. Esta comprobación vale, por desgracia, para la Argentina de hoy. Nuestro país -hay que reconocerlo- ha vivido desde sus orígenes una historia de desencuentros y oposiciones. Durante la última década se ha promovido oficialmente la exasperación, la división, la discordia, el odio. Este año jubilar es una oportunidad de conversión y gracia para todo el pueblo argentino". Texto completo
Mons. Carlos Ñáñez (Córdoba): La dignidad humana no se pierde nunca, todos le debemos respeto. Esto es exigente, es fuerte, pero es así. Juan el Bautista le dice a los publicanos, no transen con lo que está mal. No aceptar la corrupción, en las grandes cosas, y en las pequeñas. Justificar una falta al colegio o al trabajo falsamente, no hacer un registro contable claro, no entregar un ticket... No observar las leyes y las normas es transar con la corrupción... Dejemos que el Señor nos abrace".
Mons. Alfonso Delgado (San Juan de Cuyo): “Este Año de la Misericordia nos invita a dar un paso adelante y pasar la puerta. Es un signo importante porque implica también que hay que atravesar el camino de nuestra conversión”.
Mons. Alfredo Zecca (Tucumán): "Debemos anunciar la alegría del Evangelio, debemos empeñarnos en vivir la fe, la caridad, afianzando la amistad social. La misericordia es una actitud de cambio interior que ojalá pueda reflejarse dentro de la convivencia social".
Mons. Gustavo Zanchetta (Orán): “Abramos las puertas del corazón para darle la bienvenida a aquellos que necesitan de todo lo bueno que Dios ha sembrado en cada uno. Porque demasiadas puertas se han cerrado ya, y la indiferencia en todos los niveles de nuestro entramado social le ha dado paso a una frase que tristemente expresa una debilidad que debemos superar: ‘Ese no es mi problema’. Hagámonos cargo de todas esas situaciones que nos desgastan como pueblo; la pobreza, la desnutrición de nuestros niños, particularmente los aborígenes, la violencia en todas sus formas, los jóvenes sumidos en la droga, los ancianos ignorados, las madres que están solas llevando adelante su familia”. Texto completo
Mons. Vicente Conejero Gallego (Formosa): “Inspirándonos en la Bula del papa Francisco, les propongo tres pasos y acciones concretas para recorrer el camino del Año Jubilar de la Misericordia: Primero, contemplemos admirados y agradecidos, la infinita misericordia de Dios; sobre todo, en los gestos y enseñanzas de Jesús. En segundo lugar, vivamos la experiencia gozosa del perdón y la misericordia de Dios a través del sacramento de la Reconciliación. De esta manera, más fácil se nos hará cumplir el mandato de Jesús. Tercero poner en práctica las obras de misericordia, corporales y espirituales, a fin de vivir, con la gracia del Espíritu, en la luz de la verdad y de la paz”. Texto completo
Mons. Miguel Angel D’Annibale (Río Gallegos): “Este jubileo abre para nosotros, y para la humanidad entera, la Puerta de la Misericordia de Dios… Con esta celebración se abre solemnemente el Año Santo para nuestra Iglesia, preludio de una profunda experiencia de gracia y reconciliación”.
Mons. Juan José Chaparro CMF (San Carlos de Bariloche): "Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia; haz que en el mundo la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso... Manda tu espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo llevar la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos".+
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