Mons. Garfias Merlos recibió el palio el 29 de junio de manos del Papa Francisco, pero la celebración oficial fue llevada a cabo este lunes 24 de julio. En la ceremonia participaron 10 obispos de la Arquidiócesis de Morelia, más de 200 sacerdotes y cientos de fieles.
“Guiados por la palabra de Dios y en la presencia del buen pastor, les agradezco que hayan decidido participar en esta celebración. Gracias a todos porque podemos empezar esta vivencia de iglesia y de sociedad. Les pido sus oraciones para que el Señor nos siga fortaleciendo en esta misión al frente de la Arquidiócesis de Morelia, para que juntos, pastor y grey, emprendamos nuestro proceso diocesano de renovación pastoral”, expresó el Prelado durante su discurso a la feligresía.
Asimismo, Mons. Garfias, quien tomó de posesión como nuevo Arzobispo de Morelia en enero de este año, anunció su “compromiso para construir una comunidad donde tengamos una casa y causa común, la paz en nuestros hogares, en las comunidades y en nuestro querido México”.
“Anhelo profundamente que el ministerio pastoral sea para el bien y la unidad de la iglesia y la sociedad de la Arquidiócesis de Morelia”, añadió
El Palio Arzobispal es una banda de lana blanca en forma de collarín, semejante a una estola y se utiliza a modo de escapulario, adornada con seis cruces de seda negra. Es la insignia exclusiva de los Arzobispos Metropolitanos.
La lana significa la aspereza de la reprensión a los rebeldes; el color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. La forma circular que encierra los hombros es el temor del Señor, por quien las obras se cierran a fin de que su perfume cubierto no se vaya desvaneciendo, como sucede si se descuidan las pequeñas cosas que, poco a poco, se cae en las grandes.
El Palio tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda. Se relaciona con las cuatro virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del Cristo. En la parte anterior se representa la justicia: el prelado debe velar para dar a cada cual lo suyo. En la parte posterior, la prudencia: el Prelado debe cuidarse de dudas y pensamientos nocivos. A la izquierda, el coraje, para no sucumbir en la adversidad. A la derecha, la templanza, para no descontrolarse en la prosperidad.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 25 de julio de 2017
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