“A vos y al convento los tengo cercanos a mi corazón, como también a las personas con las que trabajan. Se lo podés decir”, escribió el Santo Padre.
Sin embargo, ésta no es la primera vez que el Papa escribe a la hermana Mónica, ya que conoce su trabajo desde cuando era Arzobispo de Buenos Aires.
“En la época de Jesús, los leprosos eran rechazados así”, expresó el Papa en una ocasión. “Son los leprosos de la actualidad. No dejes el trabajo de frontera que te tocó”, añadió.
La religiosa vive en el monasterio de clausura de la Santa Cruz y San José, en Neuquén, y alienta un proyecto de construcción de 15 viviendas para transexuales en la localidad de Confluencia y de un hogar de ancianos, cuyo funcionamiento estará a cargo del mismo colectivo.
La hermana Mónica Astorga nació en Buenos Aires en 1967 y a la edad de 7 años sintió su vocación religiosa.
Se ordenó a los 20 años en la Orden de las Carmelitas Descalzas y su primera preocupación y oraciones fueron los jóvenes que se drogaban y caían en el alcohol. Posteriormente, comenzó un apostolado de acompañamiento a reclusos, a través de cartas y conversaciones telefónicas.
Su trabajo con las personas transexuales comenzó en 2005 cuando supo del caso de “Romina”, un transexual que había ofrecido a la Parroquia de Lourdes el diezmo de su sueldo recaudado a través de la prostitución.
"La primera vez que vino a verme el grupo de mujeres trans les pedí que me cuenten sus sueños. Una de ellas, Kathy, me dijo que el suyo era tener una cama limpia para morir", relató la hermana Mónica a la revista Ohlalá.
Desde ese momento, la religiosa se contactó con el vicepresidente de Cáritas diocesana y consiguió una casa abandonada que con el tiempo se convirtió en un hogar para estas personas, con talleres de peluquería y costura.
Su afán la llevó a conocer más de sus historias de dolor, rechazo familiar, discriminación y prostitución. Incluso apoyó la obtención de personalidad jurídica del grupo compuesto por transexuales: “Vidas Escondidas”.
El objetivo de la hermana Mónica es que estas personas abandonen la prostitución y las adicciones y se integren a la sociedad.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 29 de marzo de 2016
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