Cientos de católicos celebraron la Noche Buena con su pastor, en la Catedral Metropolitana

Al inicio de la liturgia, el arzobispo depositó la figura del Niño Jesús en el pesebre, donde, en medio de las imágenes de madera tamaño natural de los pastores y reyes magos, y acompañado de todos los asistentes, adoró al Hijo de Dios. Luego, un seminarista entonó la “Candela de Navidad”, un festivo anuncio de Navidad proveniente de la antigua liturgia romana, muy popular en la Edad Media, cuando se cantaba con música gregoriana. Este tradicional pregón va mencionando, a partir de la Creación, las principales fechas de la Historia de la Salvación, pasando por Abrahám, Moisés y David hasta llegar al nacimiento de Jesús.

Durante la homilía, monseñor Ezzati indicó que el Niño “nace en un pesebre, no nace en medio de las riquezas y las comodidades, nace en un pesebre”. Y añadió que “nuestra vida muchas veces se parece a ese tiempo de oscuridad, a ese establo. Y nos preguntamos por qué el Hijo de Dios quiere nacer en el establo que somos cada uno de nosotros. Por qué quiere nacer en el establo del mundo, donde hay tanta mentira, tanto odio, tantas guerras, tantas divisiones. Por qué el Hijo del Hombre quiere nacer donde hay tanta miseria espiritual y material”. Precisó que ello se debe a que “él quiere transformar el establo en un paraíso, quiere transformar el odio en amor; quiere transformar la división en una cultura del encuentro, de la acogida”.


Aseguró el Arzobispo que “Dios no nos mira sólo para condenar nuestro pecado, sino que viene a ser el Dios-con-nosotros”. La Navidad, dijo el pastor, “es el misterio del amor de Dios. No tenemos que tener miedo ni siquiera de nuestro pecado, porque Dios nos viene a liberar, nos abre las puertas a su misericordia”.


Una misión para llevar un mensaje de paz y reconciliación


Finalmente, recordó que el próximo año la Iglesia en Santiago desarrollará la Misión Territorial, en la que invitó a participar a todos los fieles. “Que no haya rincón de nuestra ciudad donde el anuncio liberador de la presencia salvadora de Jesús no se escuche; que no haya hombre ni mujer que no tenga la posibilidad de escuchar que para ellos también ha venido el Señor, con un corazón lleno de ternura y de bondad, para abrirnos a lo más grande de la vida, para decirle a nuestros hermanos que no tienen esperanza que él es la esperanza que no engaña”.


Monseñor Ezzati deseó a todos una feliz Navidad, “porque queremos abrirle la puerta a Jesús para que él nazca en la vida de nuestro país, y quienes conformamos la Iglesia de Cristo podamos ser para este país mensajeros de paz, de unidad y de reconciliación”.


La Eucaristía contó con la participación del coro del Seminario Pontificio Mayor de Santiago y de numerosos seminaristas, que celebraron esta Solemnidad junto al arzobispo y a su rector, monseñor Fernando Ramos.


Fuente Departamento de Comunicaciones www.iglesiadesantiago.cl



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