"Debemos fijar nuestra mirada en cada niño, en cada persona. Cuando los vemos sentados en el suelo no pensamos en una multitud, sino en personas con una historia propia", dijo el Cardenal Fernando Filoni a ACI Prensa, el 22 de agosto.
A principios de este mes, el Papa Francisco designó al Cardenal Filoni como su enviado especial a Irak. Además de su papel como actual prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Cardenal se desempeñó como Nuncio Apostólico en Irak desde 2001 hasta 2006.
El 20 de agosto, el Cardenal Filoni se reunió con el Papa Francisco luego de su viaje de una semana a Irak, en donde sostuvo varias reuniones con las autoridades locales y compartió mucho tiempo con los refugiados, siendo testigo del esfuerzo de la Iglesia local por ayudar a los desplazados internos.
"Según los datos que me han entregado, en este momento existen 1,2 millones de desplazados internos en Irak", indicó el Cardenal, y esto incluye a cristianos, yazidis, musulmanes y caldeos.
El enviado especial del Papa señaló que existe "una intolerancia muy fuerte y en muchas ocasiones, en ciertas áreas, las minorías son víctimas de discriminación".
La situación se agravó considerablemente con el avance del Estado Islámico que repentinamente se dirigió hacia el norte y tomó el control de Mosul y la llanura de Nínive, obligando a escapar a cristianos y otras minorías con violencia y amenazas.
"Informé al Papa Francisco sobre la situación de precariedad de estas personas que, en su mayoría, han huido sin nada", expresó el Cardenal Filoni.
Asimismo, el Cardenal le explicó que estaba profundamente conmovido por la difícil situación de las personas que están sufriendo, cada uno con su propia historia. En particular, le llamó la atención la situación de los niños, ancianos y las minorías yazidi.
El Cardenal confesó haber visto "a mujeres agazapadas en un rincón, sin sus maridos", así como hombres adultos "llorando como niños porque no ven ningún futuro para su pueblo".
Además, el enviado del Papa se sorprendió de "ver ancianos entumecidos, sentados sin hacer nada en medio de un caluroso clima".
"Cuando una persona está lejos de su pueblo, donde tiene su vida, sus amistades y está sentado allí, ¿qué es lo que espera? Sólo la muerte. Esto es dramático".
Asimismo, el Cardenal Filoni puso hincapié en la difícil situación de los niños que han sido sacados de sus hogares. Expresó su gratitud por aquellos que están sacrificándose por hacer de estas circunstancias traumáticas algo más llevadero.
"Hay voluntarios, grupos de jóvenes que se ocupan de los niños, inventan juegos, les enseñan canciones... son pequeños y agradables detalles", agradeció el Cardenal.
Entre los refugiados, también hay recién nacidos. "Un niño nació dos días antes de mi llegada", recordó el Cardenal. "Su madre, con su esposo y su otro hijo, hacían lo imposible por establecer su pequeño rincón. Lo perdieron todo, carecen de todo. Su único tesoro es este niño que ha nacido y gracias a Dios está ahí".
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