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provechando la iniciativa del Papa Francisco para convocar el Jubileo de la Misericordia, proponemos hacer una Consagración a la Divina Misericordia, basada en el modelo de la Consagración a María de San Luis Grignon de Montfort.
Estos 33 días de preparación de nuestro corazón a dicha consagración, pretenden hacernos más conscientes del amor que Dios nos tiene, enseñarnos a confiar cada día menos en nosotros mismos y nuestras propias fuerzas, y más en Dios y su amor omnipotente, para poder así ser nosotros mismos imagen del amor misericordioso con los demás; especialmente en este año de gracia, pues así dijo Cristo a Santa Faustina: “las gracias de mi Misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza”. (Diario La Divina Misericordia en mi Alma. Núm. 1578)
Cuando ejercitamos la docilidad y el abandono a la voluntad de Dios, basados en la fe y la confianza, dejaremos a Dios actuar en nuestras vidas y en nuestro corazón reinará la serenidad, la alegría y la paz de saber que somos todos de Él.
El mundo tiene necesidad de la misericordia. Respondamos al llamado del Santo Padre que nos dice “¡Ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos pueda llegar el bálsamo de la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros”. (Misericordiae vultus 5)
Te invitamos a hacer tu Consagración al Amor misericordioso del Padre. ¿Nos acompañas?
Puedes descargar aquí la consagración a la Divina Misericordia.
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