Querida Lupita:
Estuve en Morelia en el Encuentro del Papa con los Jóvenes, y una luz de Esperanza nació en mí, a pesar de mi situación de vida. Somos seis hermanos. Mi papá nos dejó por irse con otra mujer cuando yo tenía 6 años. Mi madre vivía perdida en la depresión y el sufrimiento, y no ponía atención a lo que nos sucedía. Sufrimos bullying y acoso de una u otra forma mis hermanos y yo. Ahora que ya rebaso los 25 años, no sé cómo actuar para no repetir esa historia en mi propia familia. Ya he perdonado a mis padres. Hoy tengo novio, pero tengo miedo. Había pensado en no casarme jamás; pero, después de escuchar y ver al Papa, siento ilusión de hacer familia. ¿Crees que pueda formar un hogar feliz?
Anita K.
Querida Anita:
Tenemos un Dios que inspira los más altos ideales. Me alegra que éstos hayan venido a ti mediante esta Visita Apostólica del Papa Francisco a nuestra tierra. Él, como representante de Cristo, ha logrado hacer audible el Evangelio a todos nosotros en tiempos de un evidente regreso al paganismo.
Nos ha invitado a “echarle ganas” a la vida, al amor, al compromiso. En sus propias palabras:
El amor no es fácil, pero es lo más lindo que un hombre y una mujer pueden darse entre sí. El verdadero amor es para toda la vida.
Porque en la familia, para llegar a lo que ellos llegaron -50 años de casados-, con el rostro arrugado por las luchas de todos los días, hay que tener paciencia, amor…hay que saber perdonarse. Prefiero familias arrugadas con heridas, con cicatrices, pero que siguen andando, porque esas heridas, esas cicatrices, esas arrugas son fruto de la fidelidad, de un amor que no siempre les fue fácil.
Echarle ganas a tu familia es lo que quiere hacer el Espíritu Santo en medio nuestro; echarnos ganas, regalarnos motivos para seguir apostando, soñando y construyendo una vida que tenga sabor a hogar, a familia.
Es bellísimo que quieras mirar el futuro con alegría y Esperanza. Son los rasgos propios del auténtico cristiano.
En el campo en que quieres dar lo mejor de ti, en tu familia, aporta la base del éxito: ten un proyecto de vida firmemente cimentado en la Roca que es Cristo.
Imitando a Francisco lo lograrás: hombre de oración, que conoce, medita y hace vida la Palabra de Dios; que sale al encuentro de los demás, atento a sus necesidades. El Papa nos convoca con sus palabras; pero, sobre todo con sus gestos y acciones, a salir al servicio de los otros. Tu mami se quedó dentro de sí misma rumiando su dolor y desventura, y no descubrió a buen tiempo la verdadera sanación: entregarse a Cristo y a sus hijos por amor. Pero nunca es tarde, así que te animo a que pienses en ella de manera comprensiva y trates de animarla a un encuentro con este Dios Vivo que, una vez que entra al corazón, lo llena tanto que ya nada hace falta.
Si estás pensando y procurando perdonar y comprender a tus padres y a tus hermanos, en hacer feliz a tu novio y a quienes te rodean, no temas, ¡estás lista para construir un hogar feliz!
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