Un enfoque distinto
Dr. Jorge Enrique Rocha Quintero
La semana pasada nos referimos a los temas que abordó el Sumo Pontífice en su Visita a México durante los primeros días, en esta entrega retomaremos su agenda a partir de la segunda mitad de su estancia. Recordemos que después de ir al Estado de Chiapas, estuvo en el Estado de Michoacán y luego en el de Chihuahua para sostener diversos Encuentros con sacerdotes, jóvenes, empresarios, obreros, presos y personas que viven en zonas fronterizas. Los tópicos de agenda que podemos recuperar desde una perspectiva sociopolítica de la segunda parte de la Visita de Su Santidad son los siguientes:
a) En los eventos en la Catedral Metropolitana y durante la Eucaristía en Morelia, Michoacán, el ilustre huésped les exigió, tanto a los Obispos como a los Sacerdotes, un testimonio de vida y una acción pastoral más intensa y más adecuada para responder a las necesidades del Pueblo de México. Para el Episcopado, el Papa pidió más transparencia, alejarse de las tentaciones del poder político y del capital; los exhortó a dejar de ser “Príncipes” para convertirse en una comunidad capaz de denunciar no en lo genérico, sino en lo particular, las situaciones de injusticia que se viven en la Nación, sobre todo aquellas que atentan contra los jóvenes. Además el Romano Pontífice invitó a los Obispos mexicanos a estar cerca de las necesidades de sus Sacerdotes.
Por otro lado, a los Presbíteros les exigió dejar de ser “funcionarios” o “empleados” de las empresas de Dios, para realmente convertirse en Pastores de sus comunidades. Incluso puso como referente de entrega a los feligreses a Don Vasco de Quiroga, un ejemplo de lo que tendría que ser un Sacerdote en su campo de acción. Frente al problema de violencia que resiente el país, el Papa Francisco les pidió a los Sacerdotes no caer en la tentación de la resignación, que es la peor de todas, ya que con ella nos condenamos a que todo siga como está. Como podemos percatarnos, las palabras dirigidas a los Clérigos estuvieron muy lejos de la complacencia y, más bien, expresaron una fuerte autocrítica hacia la forma como, en general, la Iglesia en México ha encarado los problemas sociales que vive el país, e invitó a Obispos y Sacerdotes a salir de este letargo para acercarse de forma más decidida a las necesidades de los mexicanos.
b) En el evento con los presos en Ciudad Juárez, Chihuahua, que fue uno de los más emotivos de la visita, el Vicario de Cristo puso en entredicho que los problemas de inseguridad que se sufren en México vayan a resolverse a través de modelos basados sólo en una perspectiva policial. Para el Obispo de Roma, la Sociedad mexicana debe pedir perdón a sus reos por orillarlos a ponerse en esa situación, ya que son las causas estructurales (violencia, falta de oportunidades y de acceso a los derechos básicos) las que provocan que las personas cometan delitos. Para el Papa, el crimen no se combate encerrando personas, sino atajando las causas que permiten la falta de oportunidades.
c) Siguiendo con esta misma línea, el Patriarca Universal de la Iglesia, ante empresarios y obreros, comentó que la pobreza es el origen de la violencia y del narcotráfico, y que por ello, para mejorar las condiciones de vida de muchas personas, en el momento de negociar las prestaciones laborales es necesario “perder” algo para que todos ganen. Además, dijo, el lucro y el capital no pueden estar por encima de las personas, ya que esta dinámica alienta la existencia de la cultura del descarte. Con este mensaje, reafirmó la postura que ha mantenido durante todo su Pontificado, de criticar frontalmente las dinámicas capitalistas que se han impuesto en el Planeta, y que dan como resultado una fuerte exclusión de personas.
d) En Ciudad Juárez, el ilustre visitante calificó a los problemas asociados a la migración como una grave crisis humanitaria, en este caso, de carácter planetario. Para el Papa Francisco, la migración sigue siendo uno de los grandes retos para la Iglesia Universal, y en su discurso agradeció y reconoció la labor de asistencia humanitaria y de promoción de los Derechos, que están realizando muchas organizaciones civiles y eclesiales hacia los migrantes que recorren nuestro territorio.
e) Dos de los temas ausentes de la visita, y cuya omisión resultó muy polémica para cierto sector de la Sociedad mexicana, fueron la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y las repercusiones de la pederastia en nuestro país. Para algunos Colectivos e intelectuales, ambos asuntos estuvieron presentes entre líneas, y no era necesario que el Papa se enfocara en situaciones específicas. Para otros grupos y opinadores, perdió la oportunidad de denunciar estos atropellos y dar consuelo a las víctimas. Lo que es un hecho es que Ayotzinapa y la pederastia estuvieron presentes sin ser citadas por el Papa Francisco, que en su viaje de regreso a Roma, Italia, intentó explicar estas omisiones explícitas.
Ciertamente, los efectos y los ecos de la Visita Papal Francisco sólo dependerán de los que estamos aquí, ya que sí los mensajes no lograron calar hondo en la conciencia de católicos y no católicos, no pasará de un evento muy emotivo pero poco productivo; sin embargo, si sus palabras pueden propiciar cambios en la manera de pensar y de proceder, entonces la visita habrá resultado todo un éxito.
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