Antes de rezar a la Madre de Dios y de impartir su bendición apostólica
este 28 de agosto, el Papa Francisco invitó a pedir a la Virgen María
que nos conduzca por el camino de la humildad, haciéndonos capaces de
gestos gratuitos de acogida y de solidaridad hacia los marginados, para
que seamos dignos de la recompensa divina. Después del rezo del Ángelus,
el Papa Francisco renovó su cercanía espiritual a los habitantes de las
zonas más afectadas por el terremoto de estos días, expresando además,
la voluntad de ir a visitarlos "tan pronto c
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