Román Ramírez Carrillo
En el ocaso de Peña Nieto, el Grupo Atlacomulco se prepara para buscar la continuidad de su proyecto político y de sus negocios. Evidentemente, hay millonarias inversiones transexenales, que son el aliciente para obtener el poder gobernar, pero para el priísta de a pie, lo que está en juego es la supervivencia del partido político.
Ya se habla del sexenio perdido de Peña Nieto en lo económico, por el pobre crecimiento. El sexenio perdido en lo político, por la corrupción generalizada; Asimismo sexenio perdido en lo social por la inseguridad, la cantidad de muertos por la violencia; y por último, el sexenio perdido por la pobreza y la ausencia del estado de derecho. Está puesto, el caldo de cultivo, cocinado por el PRI, para populistas de derecha y populistas de izquierda.
El logro que más ha presumido el equipo de Peña Nieto, es el empleo. Y le llaman a su administración El sexenio del empleo, y presumen los dos millones 800 mil empleos creados a lo largo del sexenio. Se avanzó es verdad, en el tema del empleo, pero por ¿cual camino?
El Banco de México señala, que del 2015 al 2017, se avanzó un 18 %, pero la masa salarial sólo creció 2 por ciento. Esto que quiere decir? Pues que se crean empleos que pagan menos. Para el Coneval, casi 40 millones de trabajadores no tienen ingresos para comprar una canasta alimentaria adecuada para una familia.
Tenemos un enorme empobrecimiento de la clase media. En México se entiende como clase media, a la que gana más de 5 salarios mínimos. Los trabajadores con ingresos de más de 12 mil pesos, se ha reducido en 42 por ciento, en los últimos 8 años. En 2017, estos asalariados son sólo el 5.19 por ciento.
De acuerdo al Banco Mundial, estudiar una carrera en México, es menos redituable que en el año 2000, lo que explica la deserción escolar y la frustración de los jóvenes universitarios. Las universidades tienen mayores tasas de deserción. Hoy las universidades yo no prometen empleos con las carreras, enfocan su publicidad a decir que forman “emprendedores”. O sea, egresados que crearán su propia empresa o su changarrito. La inequidad es brutal. En otras palabras, se está dando un decrecimiento acelerado de la clase media mexicana.
Es equivocado pensar que la tarea de un gobierno es atraer inversiones, y confiar en el mercado para que este cree y distribuya riqueza, y que se derrame hacia abajo. Esto piensa la mayoría de los empresarios tapatíos.
La doctrina social de la iglesia enseña que eso no ha ocurrido, y no pasará en el futuro. Hay que centrar la mirada en el combate a la inequidad. Es indispensable revertir el empobrecimiento salarial para generar empleos dignos en un contexto de paz social.
Sistema penal a prueba
Tras más de 270 días de estar fuera de México, a Javier Duarte lo regresaron. El gobierno México tardó en la repatriación del prófugo ex gobernador, bajo el argumento de cuidar al límite el Debido Proceso. Por lo pronto las cuentas no cuadran y generan duda, (¡en una de esas le debemos!). El tribunal popular ya analizó y juzgó, habrá que esperar y ver la determinación del otro tribunal.

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