Desde el balcón del Palacio Apostólico, el Pontífice dirigió el rezo del Ángelus luego de celebrar en la Basílica vaticana la Misa por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.
Antes de la oración mariana, el Francisco agradeció a Dios la predicación y testimonio de estos dos apóstoles, sobre cuya fe “se funda la Iglesia de Roma, que desde siempre los venera como patronos. Sin embargo, es toda la Iglesia universal la que mira hacia ellos con admiración, considerándolos dos columnas y dos grandes luces que brillan, no sólo en el cielo de Roma, sino en el corazón de los creyentes de Oriente y de Occidente”.
El Papa recordó que ambos “desde Tierra Santa, fueron enviados hasta Roma, para predicar el Evangelio. Eran dos hombres muy distintos entre sí: Pedro ‘un humilde pescador’. Pablo ‘maestro y doctor’, como reza la liturgia de hoy”.
“Pero si aquí en Roma conocemos a Jesús, si la fe cristiana es parte viva y fundamental del patrimonio espiritual y de la cultura de este territorio, se debe al coraje apostólico de estos dos hijos del Cercano Oriente”, afirmó el Papa.
“Ellos, por amor de Cristo, dejaron su patria y descuidando las dificultades del largo viaje y de los riesgos y de la desconfianza que habían de encontrar, llegaron a Roma. Aquí se hicieron anunciadores y testigos del Evangelio entre la gente y sellaron con el martirio su misión de fe y caridad”, señaló.
Sin embargo, indicó que ambos “vuelven hoy idealmente entre nosotros, vuelven a recorrer las calles de esta Ciudad, llaman a la puerta de nuestras casas, pero sobre todo de nuestros corazones”.
“Quieren volver a traer a Jesús, su amor misericordioso, su consolación, su paz ¡Tenemos tanta necesidad de ello! ¡Acojamos su mensaje! ¡Atesoremos su testimonio! La fe escueta y firme de Pedro, el corazón grande y universal de Pablo nos ayudarán a ser cristianos alegres, fieles al Evangelio y abiertos al encuentro con todos”, aseguró.
El Pontífice también recordó que durante la Misa bendijo los palios de 25 arzobispos nombrados en el último año. “Los aliento a proseguir con alegría su misión al servicio del Evangelio, en comunión con toda la Iglesia y en especial con la Sede de Pedro, como expresa precisamente el signo del Palio”, dijo a los prelados.
Asimismo, destacó la presencia de la delegación enviada por el Patriarca Ecuménico Bartolomé I. “También esta presencia es signo de los fraternos lazos que existen entre nuestras Iglesias. Oremos para que se refuercen cada vez más los vínculos de comunión y el testimonio común”, expresó.
Finalmente, encomendó a la Virgen María el “mundo entero, y, en particular esta ciudad de Roma, para que pueda encontrar siempre en los valores espirituales y morales que la enriquecen el fundamento de su vida social y de su misión en Italia, en Europa y en el mundo”.
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TEXTO COMPLETO Homilía del Papa Francisco en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo https://t.co/10w1a4H5sI
— ACI Prensa (@aciprensa) 29 de junio de 2016
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