De esta manera, el venerable Casey se convertirá en el segundo hombre nacido en Estados Unidos en ser beatificado.
“Estamos llenos de gozo al recibir la fecha de la beatificación del Padre Solano”, informó el P. Michael Sullivan, ministro provincial de la Provincia Franciscana Capuchina de San José.
“Es una hermosa manera de celebrar el 60 aniversario de su fallecimiento”, agregó el sacerdote.
La Misa de beatificación se realizará en el estadio Ford Field de Detroit, que cuenta con una capacidad de 60 mil personas.
El venerable Casey era conocido por su gran fe, atención a los enfermos y su capacidad para dar consejería espiritual.
Bernard Casey nació el 25 de noviembre de 1870. Fue el sexto de los 16 hijos de una pareja de inmigrantes irlandeses en Wisconsin.
A los 17 años se fue de su casa para trabajar en varios trabajos, incluyendo de leñador, camillero de un hospital, y como guardia en una prisión.
Después de presenciar la escena en que un marinero borracho apuñaló brutalmente a una mujer, comenzó a reevaluar su vida y decidió escuchar la llamada de Dios que sentía para seguir el sacerdocio.
La falta de educación formal hizo muy exigente su paso por el seminario menor y finalmente le aconsejaron ingresar a una orden religiosa en lugar de ser sacerdote diocesano.
En 1898 se unió a los franciscanos capuchinos en Detroit y después de concluir sus estudios, en 1904 fue ordenado “sacerdos simplex”, es decir, un sacerdote que solo puede celebrar Misa pero no predicar públicamente ni escuchar confesiones.
Siempre estuvo muy cerca de los enfermos y muchos acudían a él, en parte debido a las numerosas curaciones físicas atribuidas a sus bendiciones e intercesión. También fue cofundador de proyecto “Capuchin Soup Kitchen”, una iniciativa de ayuda a los más necesitados de Detroit en 1929, el año del Crack.
El Crack de 1929 fue la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la Bolsa en Estados Unidos, lo que lugar a una grave crisis conocida como “La Gran Depresión”.
Durante 21 años fue portero en el monasterio de San Buenaventura en Detroit.
También fue conocido por su afición al violín y al canto, aunque su voz no era afinada debido a una enfermedad infantil que dañó sus cuerdas vocales.
Murió de erisipela, una enfermedad de la piel, el 31 de julio de 1957 a los 87 años.
El Arzobispo de Detroit, Mons. Allen Vigneron, afirmó que “la beatificación del P. Solanus será una tremenda bendición para toda la comunidad del sureste de Michigan, una oportunidad para todos nosotros de experimentar el amor de Jesucristo”.
Traducido y adaptado por Bárbara Bustamante. Publicado originalmente en CNA.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 13 de enero de 2017
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