Trabajar por México es trabajar por Dios
La Pastoral Social, a través de su Sección de Doctrina Social de la Iglesia, ofrece una serie de conferencias que tiene el objetivo de reconstruir el tejido social y de hacer consciencia para hacer el bien. Esta información es parte del ciclo “Trabajar por México es trabajar por Dios”.
Dulce Natalia Romero Cruz
Es realmente demandante desprendernos de viejos modelos de conducta, a veces no somos conscientes de esos vicios, pero podemos hacer una pausa y hacernos estas preguntas: ¿nos gusta en verdad el rostro del mundo?, ¿será urgente cambiar?, ¿es posible aún hacer cambios?, ¿qué estamos dispuestos a hacer para lograr el cambio? Debemos comenzar por dejarnos conducir por nuevos paradigmas, que sean capaces de lograr una auténtica transformación de nuestra ciudadanía y por consiguiente: del país entero.
Análisis de la realidad
El Ingeniero Víctor Ortiz, quien se integró a la pastoral del Trabajo en 2008, dando capacitación a las empresas con un contenido ético-moral-cristiano y ahora forma parte del Equipo del Centro de Formación Permanente de la Doctrina Social de la Iglesia, desde 2009, quien forma parte del Ciclo de Conferencias “Trabajar por México, es trabajar por Dios”, comentó que el objetivo es “comprometer o hacer consciente a las personas de que tienen que involucrarse en la participación ciudadana. Por eso propongo el cambio de paradigmas. Necesitamos gestar el cambio en la consciencia social y parte de las actitudes que no nos dejan entrar en este rol son la apatía y la corrupción. Debemos entender que el cambio empieza en nosotros mismos que somos los que formamos cualquier tipo de institución, de gobierno, eclesial, etc”.
“Todo esto nos debe llevar a la 4ª revolución, que es la espiritual. Porque en la actualidad todo gira en torno al dinero, pero es algo que no puede ser eterno, y lo único que salvará a la humanidad es esa revolución espiritual y México tiene todo para ser pionero en esto, tenemos mucha cultura y muchos lugares para reencontrarnos espiritualmente, como los Santuarios. Porque el mundo está cada vez más inclinado a lo material y se está perdiendo lo trascendente que es apostarle al amor, que es la doctrina que Cristo nos enseñó. La mayoría prefieren hacerse ricos que ir a Misa, por ejemplo, o se hacen ricos a consta de las personas que trabajan para ellos. No hay consciencia del bien. Tenemos la capacidad para decidir hacer el bien o el mal, pero no estamos tomando la mejor decisión”.
Ejemplos
Porque no basta saber el qué, sino el cómo, es decir, cambiar los viejos paradigmas
Ante:
El juicio o critica La transformación
La improvisación La rigurosa planeación
La cultura del tene La cultura del ser
La actitud La actitud
El interés superficial El interés profundo
La rigidez La flexibilidad
Dejar de ser jefe Ser líder
El individualismo Cooperación
El enfoque cuantitativo El enfoque cualitativo
La rutina La innovación y la creatividad
La indiferencia La pasión
Reconocer para cambiar
En el viejo paradigma
l Egoísta y poco cooperador.
l Irresponsable y nada servicial.
l Desorganizado desde su interior.
l Rígido y nada tolerante.
l Solamente habla y no sabe escuchar.
l Víctima de la rutina permanente.
l Una gran brecha entre su decir y su hacer.
l Siempre buscando sacar ventaja personal.
l Haciendo frecuentemente las cosas renegando.
l Desleal y buscando en todo momento lesionar a otros.
En el nuevo paradigma
l Precursor y defensor de la unidad.
l Responsable y servicial.
l Organizado desde un orden interior.
l Flexible, efecto de conocimiento y madurez
l Efectivo administrador de su tiempo.
l Sabe escuchar a los demás.
l Innovador como efecto de su creatividad.
l Objetivo y congruente en su decir y hacer.
l Negociador regido por un ganar – ganar.
l Apasionado por todo lo que emprende.
l Leal e íntegro en todo tipo de circunstancias.

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