Charlie Gard será desconectado de su soporte vital por orden de un juez contra el criterio de sus padres.[/caption] El doctor Coviello coincide con el diagnóstico de sus compañeros ingleses en que Charlie es incurable, pero no opina lo mismo con las conclusiones. Así cree que "según los conocimientos que tenemos hoy, Charlie Gard no se puede curar. ¿Entonces? Si no pueden curarlo, si su enfermedad es irreversible (y ésta parece ser la única certeza de los ingleses), los médicos deben dedicarse a su tarea, que es asistir al enfermo hasta el fin. No acelerar el resultado final y fatal de su vida".
"El bien del niño no pasa por una muerte por sentencia"
En una entrevista concedida a Tempi, Coviello recuerda que "no es tarea de los médicos arrebatar un hijo a sus padres", quienes saben, "más que cualquier experto". Además este médico italiano ha destacado que el bien del niño "no pasa por una muerte por sentencia no de la enfermedad, sino de un juez o de un médico. Desear que tu hijo viva no indica un alejamiento de la realidad. Para ellos la realidad no es un fardo insoportable, la han afrontado (y han esperado) aunque todo parecía sugerir lo contrario. Los padres han hecho su tarea, los médicos no"."La urgencia de Charlie es la urgencia de cualquier hombre"El pediatra italiano ha asegurado "Charlie está conectado a un respirador, está alimentado e hidratado. No hay ninguna terapia en curso. A menos que queramos denominar ensañamiento terapéutico a la vida misma y a los medios para su conservación". Coviello ha insistido en que: "La urgencia de Charlie es la urgencia de cualquier hombre", añadiendo que "porque su enfermedad implicaba la fase vital en la que el hombre es más débil e indefenso y tiene necesidad de ser acogido, aún más si padece una enfermedad genética o malformativa. Y a su sufrimiento no se ha dado ninguna respuesta concreta, se le ha negado la base mínima de la piedad humana decretando que, si sufre, no vale la pena vivir". [caption id="attachment_70918" align="aligncenter" width="509"]
Los padres de Charlie Gard, rotos por la decisión del Tribunal de Estrasburgo.[/caption] "Cuando la imposibilidad de sobrevivir se hace evidente, aparece un gran riesgo: abandonar al paciente y a la familia. Es lo que ha sucedido con el pequeñín Charlie», ha concluido el doctor Coviello, "y lo que se está enseñando peligrosamente. La labor del médico es curar, dar esperanza, pero sobre todo acompañar en la enfermedad a las personas sin hacer números o casos clínicos, con una deontología que responda a su misión principal: curar. Debemos usar la genética de forma ética: para salvar al hombre. Y cuando no lo conseguimos, acompañarlo".
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