A descubrir la misericordia de Dios

Carmelitas del Sagrado Corazón

thumbnail_DSC_0389 edit

Enfocadas hacia la pastoral de la educación, salud, parroquial, espiritual y misionera, la congregación jalisciense cuenta con presencia en diez países, la mayoría en el continente americano.

David Hernández

Con el propósito de “mantener viva en el mundo la experiencia de Dios Padre providente, bondadoso y misericordioso, con una opción preferencial por los pobres”, la congregación de las Carmelitas del Sagrado Corazón se entregan día con día a través de la educación, la salud y la misión en la noble tarea de la evangelización.
Fundadas en Atotonilco el Alto por la Madre María Luisa de la Peña Navarro un día de noche buena del año 1902, el instituto religioso ha logrado, por providencia de Dios, que a lo largo de los 115 años de su nacimiento, esa chispa que comenzó a arder en Jalisco se expandiera por México y países como Venezuela, Chile, Colombia, Filipinas, Bolivia, Ecuador, Perú, Estados Unidos y Camboya, siendo éste último el más reciente gracias al apoyo de la congregación salesiana.
Una historia de amor que arderá por la eternidad
En entrevista con la hermana María Dolores Ramírez Ramírez, Carmelita del Sagrado Corazón que forma parte del consejo general de la congregación en Guadalajara, explicó cómo se fue edificando el instituto gracias al testimonio de entrega de su fundadora, “Luisita”, como le llaman las hermanas como signo de cariño.
“La madre Luisita –dijo- fue casada a la edad de aproximadamente 16 años con el Doctor Pascual Rojas Santoscoy. En su matrimonio ellos se dedicaban a hacer el bien a la gente, había muchas necesidades en aquel tiempo en Atotonilco: la pobreza, no había hospitales. Cuenta la historia que mientras el doctor recetaba a los enfermos, Luisita platicaba con la familia y entonces el doctor llevaba la medicina y Luisita llevaba como tipo despensa. Hacían buen equipo. Este matrimonio dura 14 años, muere el doctor y ellos no tienen hijos, entonces en Luisita comienza una búsqueda y se pone en ese proceso de oración.”
“Cuando ella descubre que está llamada para una vocación de especial consagración, es en el tiempo que comienzan a surgir más congregaciones, entonces ella va con el obispo de Guadalajara y él le dice: ‘ahorita están surgiendo muchas congregaciones, únanse a esta congregación y en otro tiempo únanse a esta otra’. Ella comienza por unirse a las Adoratrices y después a las siervas de Jesús Sacramentado”.
Cuando estalla la persecución cristera, “Luisita emigra a los Estados Unidos. Muchos pensaron que a lo mejor aquí se acababa todo. Sin embargo, ella sigue animando a las hermanas a través de sus cartas. Si no me equivoco, son 700 cartas las que ella escribió, bueno, las que se recopilaron porque dicen que fueron mucho más”.
“Fueron momentos muy difíciles pero de gran crecimiento. Ahora se dice mucho de resiliencia, que es cuando la persona sale a flote a pesar de las dificultades. Ahora miramos cómo Luisita tuvo una experiencia de resiliencia, que en los tiempos más difíciles esto fue con mayor auge, entraban las vocaciones y hacían muchos sacrificios: pasaban hambres, tenían que esconderse, pero con una fe muy firme.”
La Madre María Luisa falleció un 11 de febrero de 1937 en Guadalajara. Fue tan grande el testimonio de “Luisita”, tanto en su matrimonio con el doctor como en su vocación religiosa, que actualmente en Atotonilco se fundó la universidad que lleva por nombre “Instituto de Ciencias María Luisa de la Peña” con licenciaturas en psicología y pedagogía, además del “Instituto de Ciencias Pascual Rojas”, con carreras en enfermería y nutrición.

Etiquetas:

Publicar un comentario

[blogger][facebook]

Agencia Catolica

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets