EL OBSERVADOR LATINOAMERICANO |
Aprender con el estómago vacío no es fácil. Los misioneros salesianos de Polígono Don Bosco de El Salvador lo han tenido claro y dan tres comidas al día a sus alumnos para que puedan concentrarse en lo importante. Dar oportunidades y cambiar el futuro de los niños, niñas y jóvenes comienza con poder comer todos los días.
“No es solo que no desayunen. Muchos de estos niños y niñas ni siquiera han tenido un plato de comida para cenar. Se han ido a la cama con el estómago vacío”, explican los misioneros salesianos de Polígono Don Bosco. “De este modo es muy difícil concentrarse, y de ahí la importancia del programa de alimentación que estamos llevando a cabo”, añaden.
El centro Polígono Don Bosco está situado en una de las zonas más pobres de San Salvadory pretende incidir en las causas de la pobreza a través de la educación. En la actualidad, el centro cuenta con 700 alumnos de edades que comprenden desde la guardería, la escuelabásica, el instituto y el centro de formación y negocio. “Nos dimos cuenta que muchos de ellos venían sin comer nada y, por ello, hemos comenzado este programa de ayuda alimentaria”, dicen los misioneros.
En El Salvador, el 35% de la población vive en la extrema pobreza: violencia, falta de oportunidades y sin acceso a necesidades básicas.
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